Una vez que la Unesco declaró a la talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, tanto Fernanda Gamboa, directora de Talaveras Santa Catarina, y Mario Riestra Piña, ex secretario del ayuntamiento de Puebla y uno de los principales promotores de este proyecto, pidieron fortalecer el Consejo Regulador para evitar que cualquier artesanía de cerámica pueda ser llamada talavera para que los consumidores, principalmente turistas, sean los menos afectados.

El nombramiento de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a la Fabricación Artesanal de Talavera a diferentes talleres en Puebla, Tlaxcala y algunas regiones españolas por la Unesco, se convirtió en la primera denominación binacional (España-México) otorgada pues venció a 41 contendientes más; esto se logró gracias a la participación de la comunidad.

En entrevista con CAMBIO, Mario Riestra Piña señaló que es trabajo del Consejo Regulador darle valor a los artesanos, destacando que la denominación es otorgada por el proceso artesanal con el que se hacen las piezas y de esta manera los que no cumplan con estos procesos podrían diferenciarse.

“Hay que fortalecer el Consejo Regulador para certificar a los talleres que cumplan con el procedimiento, pues hay que recordar que lo que la Unesco reconoce es el procedimiento artesanal que por más de cinco siglos no ha tenido modificación y diferenciar los que no cumplan este proceso”.

Mencionó que el equipo que gestionó la candidatura de esta distinción estuvo conformado por él, Roberto Trauwitz, Irving Mayett y Alejandro Montiel, y personal del INAH, pero reconoció que el galardón no se habría obtenido sin la participación de los artesanos.

Señalando que Puebla tiene reconocimientos emitidos por la Unesco como lo son Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, Denominación de Memoria del Mundo por la Biblioteca Palafoxiana, Ciudad de la Innovación y Diseño y Patrimonio Cultural Inmaterial.

También manifestó que el nombramiento no se debe renovar, pero se le va a dar la importancia necesaria a preservar el proceso que ganó esta distinción.

Cualquier artesanía se vende como talavera

Por su parte en entrevista para CAMBIO, Fernanda Gamboa se manifestó preocupada porque cualquier tipo de artesanía sea vendida como talavera aunque no lo sea y se engañe a los consumidores, principalmente turistas, por lo que pide al Consejo Regulador de Talavera sistematice la venta de estos productos.

“Ahora lo importante sería regular, regular para que no cualquier producto que le pongan talavera y sea vendido de esta manera, si es cerámica no puede ser talavera y de eso se encargara el Consejo Regulador de Talavera; pues la peor competencia se da en Puebla, donde cualquier persona que hace cerámica le pone talavera y eso confunde a la gente, principalmente turistas”, refirió.

A pesar de esto, destacó su alegría por este reconocimiento pues dijo que es un premio al trabajo realizado por más de 20 años, sin embargo esto no le tomó por sorpresa, pues Gamboa se había enterado días antes de que la Unesco hiciera oficial este nombramiento.

También señaló que aunque no hubiera un reconocimiento oficial, la talavera poblana lleva siglos siendo reconocida tanto por mexicanos como extranjeros, pues el producto habla por sí solo.

Talaveras Santa Catarina y sus orígenes

Fernanda Gamboa, diseñadora gráfica de profesión, señaló que su negocio empezó para mantener la tradición, pues trabajaba para una fábrica que pasó de tener 18 empleados a tener 175 en tres turnos, por lo que decidió poner su taller para continuar con los procesos tradicionales y a base de prueba y error logró ser reconocida por la Unesco.

También nos compartió el proceso que pasan todas las piezas realizadas en su taller, desde la recolección de barro negro y blanco de la región, de aquí sale la materia prima, la cual pasa a ser moldeada y se seca en el horno para esmaltarse y pasar a ser pintada, finalmente vuelve al horno y ahí termina la fabricación de una pieza.