El Madrid volvió a malgastar un arranque sólido y eficaz para acabar sufriendo hasta la prolongación. El Granada justificó su segunda posición exigiendo al líder hasta la contra final, reponiéndose de un 3-0 con empuje y un portero milagroso. Les dio vida el otro meta, Areola, con un error infantil, pero los blancos esta vez mantuvieron el orden y acabaron matando con una contra de Odriozola y James, aclamado por el madridismo. Blindaje de puntos y emocional para el líder en el parón.

Con una sola incursión de Antonio Puertas tras un centro de Machís, el Madrid ofreció mucho para ampliar la renta. Rui Silva sacó un mano a mano de Carvajal como un portero de balonmano, haciéndose grande. Pero la gloria quedó para Hazard, que al fin estrenó su cuenta como madridista. Aguantó muy bien metiendo cuerpo y elevó sobre el meta con elegancia. Debe un chocolate a Valverde, que persiguió una pelota dividida con fe uruguaya para servir al belga un bombón. El Granada pidió falta previa, igual que en el primer gol reclamó mano de Ramos. No concedió el VAR ninguna reclamación.

El Bernabéu disfrutaba sin nada que reprocharse, pero también tuvo su baño de realidad. La grada que había encumbrado a Areola en perjuicio de Courtois se dio cuenta de que el francés también falla cuando controló con el pie, se durmió y acabó chutando a la tibia de Carlos Fernández en lugar de al balón. Machís transformó el penalti, duro junto al palo. De pronto, un duelo que pareció liquidado se abría por propia iniciativa.

Los rojiblancos demostraban su músculo a domicilio, donde han basado su imponente inicio de temporada. Como ante el Valladolid, frente al Levante o el Brujas, un paso adelante del contrario basta para hacer dudar al Madrid en su propia casa. Tuvo la sentencia Benzema en una contra, con otro paradón de Rui Silva a bocajarro. Pero se temía el último latigazo visitante, que también es costumbre. No fue así esta vez, y en la prolongación el orden en el centro del campo blanco facilitó otra contra vertiginosa de Odriozola, el asistente de Karim en la anterior, y James cerró la historia. Se llevó el cariño de la afición, premio a su entrega. Como en el año del doblete, a el, como a Valverde y a Odriozola, se les adivina un papel capital en la temporada del Madrid.

Fuente: Marca