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Miércoles, 09 Enero 2019 01:51

Iniciando el año con el pie derecho, ¿desde la izquierda?

Iniciando el año con el pie derecho, ¿desde la izquierda? Escrito Por :   Silvino Vergara

“-— Yo quiero saber de qué color ve usted las cosas.

— Del mismo que tú…

— ¿Y cómo sabe usted de qué color veo las cosas?”

Eduardo Galeano


 

A pocos días de haber iniciado el año 2019 con la nueva administración pública federal y la conformación del nuevo Congreso de la Unión, todo indica que la nación podría arrancar con el pie derecho y, de acuerdo con los medios de comunicación, desde la planeación y una expectativa de leyes y políticas públicas de izquierda. Sin embargo, dentro de los cambios legislativos que se han presentado y, sobre todo, respecto de las políticas públicas que se vislumbran, habría qua analizar si efectivamente estamos en este cambio de régimen, —a decir de la propia administración pública actual— abonada por una posición de izquierda, o, bien, si estamos simplemente ante la presencia de una propuesta de derecha, aunque, posiblemente más moderada que lo que se ha presentado en los últimos 30 años en México.

 

La academia, los libros (Bobbio, Norberto, Derecha e Izquierda, Editorial Taurus, Ciudad de México, 2014) han entendido que las políticas de izquierda apelan a proteger, promover, respetar, fomentar y tutelar los derechos de igualdad; y que, por su parte, las derechas, lo que buscan es proteger derechos de libertad. Por ello se ha descrito que México, en los últimos años, ha vivido bajo el neoliberalismo, que es precisamente al que se han enfocado esas políticas de derecha, que han dado mayor énfasis a la libertad económica de las grandes corporaciones. Por ello, observamos que cada día son más los servicios públicos que se concesionan y que los propios servicios que sigue prestando el Estado ya no son prestados por servidores públicos, sino que los llevan a cabo personal de empresas particulares —normalmente empresas extranjeras— o, bien, de los consentidos del poder del momento: aquellos que alguna vez fueron industriales mexicanos y, que gracias al Tratado de libre Comercio firmado por México, cayeron en desahucio.

 

Así, en este año 2019 que inicia, cabe la pregunta de si iniciamos con el pie derecho desde la izquierda, en particular con el cambio de régimen y la Cuarta Trasformación, ya que dentro de los cambios legislativos que se han podido materializar a esta fechas y que estaban en las manos de la administración pública actual y del Congreso de la Unión estaban tanto la iniciativa de ley de ingresos como su aprobación, respecto de lo cual ya se dio una publicación en el Diario Oficial de la Federación, pero no se observa que se haya propuesto ese cambio de régimen; por el contrario, las cosas permanecieron igual, específicamente para ese ciudadano de a pie, aquel sujeto como contribuyente: aquel profesor de una escuela, empresario mediano o pequeño, campesino, agricultor, ganadero, comerciante, maquilador; todos los cuales, en la relación tributaria con el fisco, desde luego que son los débiles y son a quienes habría que proteger. Sin embargo, pasó el cambio de régimen de largo, en particular sobre toda esta gran gama de contribuyentes, en la ley de ingresos, que era una magnífica oportunidad de demostrar que hay un cambio de régimen. No obstante, las leyes tributarias que están devorando a todos esos contribuyentes (que también son población y que también fueron votantes) siguen en las mismas condiciones y, lo que es peor, no se aminoró o se resolvió por medio de la ley de ingresos aquellos daños causados con las obligaciones implementadas en la administración pública anterior, pues ellas siguen vigentes. Por tanto, aquellos contribuyentes que tienen cancelados sus certificados para poder expedir comprobantes fiscales, los que no están localizados —a decir de las autoridades fiscales— en su domicilio fiscal o, bien, aquellos que se ven en aprietos a causa de que los propios funcionarios de esas autoridades tributarias se las dan de juzgadores y juzgan y presumen que su domicilio fiscal no es idóneo para realizar sus operaciones o que no realiza sus operaciones, o que son simuladas, etc; pues bien, para todos ellos, el cambio de régimen no se ha iniciado, menos la cuarta transformación. Tendrán que esperar mejores tiempos, si es que les da la vida para hacerlo. Desde luego, con esa ley de ingresos, tampoco se hacen cambios en relación con las obligaciones tributarias de las grandes empresas, aquellas corporaciones transnacionales, las cuales siguen en las mismas condiciones en esta cuarta transformación.

 

En tanto —a decir de los medios de comunicación—, se implementarán políticas públicas en el presupuesto de egresos para 2019, subsidios y apoyos en cuanto hace al sector salud, a la educción y apoyos a los desempleados. Esto es los denominados, para algunos, como derechos sociales; sin embargo, habría que preguntarse si el cumplimiento de estos derechos proviene de las políticas de derecha o de izquierda, pues, a decir del profesor polaco Zygmunt Bauman, esas políticas son impulsadas, actualmente, desde la derecha y no desde la izquierda (Bauman, Zygmunt, Libertad, Editorial Losada, Barcelona, 2010), pues son las grandes empresas, la industria transnacional, las que requieren una población capacitada meramente en lo operativo y no en lo reflexivo (de aquí el tipo de educación que recibimos); también la necesitan sana, pero es una salud que no estará en el costo de esas empresas, sino del Estado. Capacitados y sanos para el trabajo. Por ello, subsiste esta pregunta: ¿iniciando el año con el pie derecho desde la izquierda?

 

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