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Jueves, 04 Julio 2019 03:26

La muy muy muy extraña venta de Lobos BUAP se enrarece

La muy muy muy extraña venta de Lobos BUAP se enrarece Escrito Por :   Arturo Rueda

Lo verdaderamente sospechoso es que el segundo convenio firmado entre las partes, del 13 de diciembre de 2018, LOBOS BUAP AC a través del apoderado JOSE FRANCISCO DE DIOS GOMEZ, le cedió a Mendívil todos los derechos, incluido el certificado de afiliación. Ni tardo ni perezoso, el empresario tramitó el nuevo certificado en Femexfut que le fue entregado el 21 de diciembre del año pasado.


 

Pasan los días y el caso de Lobos Buap se vuelve más y más extraño, sin una explicación lógica de cómo el empresario inmobiliario Mario Mendívil le birló a la máxima casa de estudio el patrimonio que significa una franquicia de la Liga MX y se llevó, libres de polvo y paja, alrededor de 15 millones de dólares a los ojos de todo Puebla avalado por la Femexfut.

 

Lo peor es que todo mundo sabía a qué llegaba Mendívil a los Lobos Buap: a reflotar el equipo con el objetivo de venderlo y obtener una ganancia inmediata. Engañó el empresario con la verdad: reflotó el equipo, lo vendió para hacer el negocio de su vida y le birlo a la BUAP parte de su patrimonio sin que nadie metiera las manos.

 

Es entendible el enojo del rector Alfonso Esparza: si alguien fue engañado por Mendívil, se encuentra él en primera fila, pues lo dejó entrar en una situación de urgencia y luego resultó robado por quien, decía, quería ayudarlo a solventar los gastos que genera un equipo de primera división. Entre Mendívil y Esparza se rompieron todos los acuerdos, los legales y los de caballeros.

 

En 2017, Alfonso Esparza logró el sueño que tuvieron sus dos predecesores —Doger y Agüera—, quienes acompañados de sus respectivos empresarios favoritos idearon el negocio de su vida: subir a Primera División la franquicia de Lobos BUAP en Primera A y después venderlo a un consorcio empresarial fuerte.

 

Esparza llevó a Lobos a Primera como logro deportivo más que como proyecto empresarial tras encargarlo a su hija Luza. El ascenso se logró en el Clausura 2017 y Esparza se vio catapultado a la mesa de la Femexfut, donde se sienta puro tiburón.

 

La experiencia de Paco Bernat con el Puebla FC en la primera década de este siglo nos mostró que el futbol es un negocio que a los millonarios los vuelve ricos, y a los ricos los vuelve jodidos. No hay dinero que rinda, sólo el de grandes corporativos como televisoras y cerveceras.

 

Ya en Primera División, pese a los recursos garantizados por derechos de transmisión, Lobos necesitaba ingresos frescos para hacer un equipo competitivo sin que la BUAP destinara recursos públicos al equipo. Esparza conformó un Patronato al que incorporó empresarios poblanos como Rafa Cañedo, Eduardo Henaine, Pepe Hanan.

 

Pero aquí viene el primer misterio que da origen a todos los demás: jurídicamente, Lobos BUAP se conformó como una Asociación Civil. Es decir, nunca ingresó formalmente al patrimonio de la máxima casa de estudios. Más adelante señalaré porqué esto es importante.

 

Con Luza Esparza en el mando deportivo, el rector sentado en la mesa de los tiburones de la Femexfut, un patronato de empresarios poblanos y la ratificación de Rafa Puente como director técnico, así como la permanencia del equipo base que logró el ascenso más algunos refuerzos, Lobos Buap comenzó con el pie derecho su desembarco en la Liga MX… por unas jornadas.

 

Tras un primer torneo aceptable, el equipo se desfondó en el Clausura, Rafa Puente fue destituido y al final Lobos BUAP se fue por donde vino: descendió deportivamente de regreso a la Primera A. Fin del sueño.

 

Pero con su ‘manoseo’ de reglas, la Femexfut dio posibilidad de que Lobos BUAP permaneciera en el máximo circuito a cambio de un pago de 120 millones de pesos, o sea, unos 6 millones de dólares.

 

Mario Mendívil, empresario inmobiliario, apareció en el horizonte siempre con un plan de negocios: salvar a Lobos BUAP del descenso para luego poder vender la franquicia.

 

Y aquí viene el segundo misterio: Lobos BUAP AC, no el patronato ni el Consejo Universitario, firmaron el contrato con Garden Teas SA de CV administrada por Mendívil. Como hombre prevenido vale por dos, en ese primer contrato se estableció una contraprestación para la universidad de 180 millones de pesos, casi la mitad de lo que se pensó podía venderse el equipo.

 

Lo verdaderamente sospechoso es que el segundo convenio firmado entre las partes, del 13 de diciembre de 2018, LOBOS BUAP AC a través del apoderado JOSE FRANCISCO DE DIOS GOMEZ, le cedió a Mendívil todos los derechos, incluido el certificado de afiliación. Ni tardo ni perezoso, el empresario tramitó el nuevo certificado en Femexfut que le fue entregado el 21 de diciembre del año pasado.

 

A partir de ese 21 de diciembre de 2018, ya con certificado de afiliación en mano, Mario Mendívil podía vender la franquicia a quien quisiera, y con el costo que quisiera, sin la autorización de la BUAP, que el 13 de diciembre, en un convenio privado, le cedió todos los derechos. De hecho, con base a esa cesión, Televisa ya le pagaba directo a Garden Teas los derechos de transmisión y la BUAP no pintaba en nada.

 

¿Cómo la BUAP y Esparza se dejaron arrebatar el equipo, si todo mundo sabía que Mendívil tenía como único objetivo venderlo? ¿Por qué él se llevó de ganancia 10 millones de dólares, además recuperó sus 6 de inversión, y sólo quiere dejarle a la BUAP 4.5 millones? ¿Cómo hizo el negocio de su vida?

 

¿Qué más hay detrás de todo esto?

 

Y a todo esto, ¿quién es Bernardo Álvarez, el socio misterioso de Mendívil, de la empresa Energain de México? ¿En qué momento aparecerá en esta historia?

 

 

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