Engrillados de Atlixco cumplieron con un año más de manda, penitencia y participación en la procesión del Silencio. Más de 100 hombres salieron de la iglesia de San Francisco para recorrer las calles del centro y así pedir por un favor, por sus pecados o algún voto.

Caminaron en silencio por las calles del municipio, todos con pesadas cadenas, ataviados de negro y rojo, con espinas en casi todo el cuerpo, pero también con la fe que los motiva a evitar flaquear, a soportar los rayos del Sol y solo a chupar los limones como único líquido que les ayuda a mitigar la sed. 

También, junto al engrillado está algún familiar que a toda la peregrinación también sufre, quizás no de la mismas era que un engrillado, pero si camina las largas calles bajo los rayos del Sol. 

Esta celebración es un atractivo para los turistas que salen de la ruidosa capital para unirse a los rezos y a los cánticos de la multitud atlixquense. 

En varios puntos del municipio salen engrillados como este, pero el más antiguo el que ya tiene más de 70 años es el de San Francisco. 

Este año fuero más de 100 engrillados. Todos tienen que dar una aportación económica, comprar sus vestimentas, conseguir sus espinas y hacer sus coronas, todos los gastos corren por su cuenta. 

Al llegar al atrio de salida, se presentan en misa y posteriormente cada uno se va de regreso a casa, con la firme convicción de haber cumplido con su petición.