Catalogan como “barbarie” y hasta como acto “satánico” los animalistas o animalovers en redes sociales, referente al ritual de los voladores de Cuetzalan, el cual se prepara para la tarde de este viernes en la plazuela de la Danza, donde entierran a un guajolote vivo.

La protectora de animales Cannis pretende detener este acto, ya que se le infringe dolor al animal al ponerle el palo volador vivo. Pues la tradición marca que se pone al guajolote junto con algunos otros ingredientes como agua bendita, chile, canela, chocolate, ajonjolí y aguardiente.

Sin embargo, este ritual se ha distorsionado, pues este año el palo de madera que era cortado desde las faldas del volcán Popocatépetl, ahora será de metal y el ritual pretende ser detenido para que no se sacrifique a un animal.

Entre esta polémica que se ha desatado en torno al tema, queda evidenciado que no hay quien proteja en el municipio las tradiciones, pero visto desde el punto inicial de la creación de las mismas y de las creencias de los antiguos, pues nadie ha dado su punto de vista histórico- prehispánico.

En Atlixco se ha perdido dicho interés por preservar las tradiciones prehispánicas del México antiguo, y ahora se usan más las modas que la preservación de las costumbres.