Mientras la alcaldesa Karina Pérez Popoca se paseaba con algunos miembros de su gabinete con cargo al erario público por el estado de Oaxaca, en San Andrés Cholula una familia de escasos recursos velaba los restos de su pequeño hijo Miguel, quien falleció baleado en un intento de asalto.

La mañana del domingo 21 de julio, Pérez Popoca presumió en sus redes sociales que acudió al hermanamiento de pueblos mágicos con la ciudad de Mitla, en el estado de Oaxaca; en contraste, la familia del pequeño Miguel se preparaba para velar el cuerpo del pequeño.

La alcaldesa no dudó  en exhibir fotos de su pintoresco paseo y del rebozo que le regalaron, mientras los familiares de niño se encontraban en vilo porque no les quisieron dar permiso para cerrar la calle para dar seguridad a los asistentes durante el velorio y cortejo fúnebre, debido a que se encuentran a orilla de carretera.

Estoy en San Pablo Villa de Mitla, Oaxaca, con su presidente Abelardo Ruiz en los festejos de la Guelaguetza Mitla 2019 previo a la firma de hermanamiento entre los Pueblos Magicos. Es un honor disfrutar de las costumbres y tradiciones de nuestro país #ValoresQueHacenGobierno pic.twitter.com/N74njZyV4G

— Karina Pérez Popoca (@KariPerezPopoca) 21 de julio de 2019

El homicidio

Minutos antes de las 6:00 de la mañana del pasado viernes 19 de julio, Don Miguel y su pequeño hijo, salieron de su hogar con rumbo a la carretera federal Atlixco, en San Francisco Acatepec, pero tuvieron que desviar su camino por las obras que se mantienen estancadas.

Padre e hijo circulaban sobre la calle Hombres Ilustres para repartir, como todos los días, sus quesos en varias localidades, cuando se percataron de que eran perseguidos por hombres a bordo de una motocicleta.

Don Miguel presintió que se trataba de un asalto y trató de acelerar su vehículo, no sin antes pedirle a su hijo que se agarrara fuerte porque seguramente se volaría varios topes para poder escapar de los ladrones.

Los presuntos delincuentes  perdieron el control y no pudieron rebasar la unidad, por lo que uno de ellos apuntó y disparó.

Don Miguel vio apuntar a uno de los maleantes, pero no se percató de que la bala le atravesó el cráneo a su hijo, hasta que en una curva éste se desvaneció.

El hombre llevó a su hijo al Hospital del Niño Poblano, en donde le confirmaron que ya no tenía signos vitales.

El velorio

El sonido de la música de viento, decenas de flores blancas, ceras encendidas y sus golosinas favoritas acompañaban el pequeño ataúd blanco de Micky, como le decían de cariño al pequeño, quien apenas había cumplido los 10 años de edad.

Los más pequeños de la familia acompañaron a su primo al pie de su ataúd jugando con sus cochecitos favoritos.

Vecinos y familiares se solidarizaron, y acudieron a dar el pésame a los padres del pequeño Miguel.