Triste adiós dieron padres y amigos a Aideé Mendoza Jerónimo, la joven de 18 años de edad, estudiante del CCH Oriente en la Ciudad de México que fue baleada mientras estaba en clases; este jueves fue sepultada en su natal Huatlatlauca, municipio de la Mixteca Poblana.
La despidieron compañeros, familiares, amigos y vecinos, quienes la conocieron como una joven inteligente, alegre, responsable, disciplinada y miembro de los Scout; su sueño era estudiar Psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A las 09:00 de la mañana de este jueves comenzaron los rituales de dos religiones: la católica por parte de sus tíos, hermanos de su papá, y la mormona, religión a la que la joven y su madre pertenecían.
A las 11:00 de la mañana inició el cortejo fúnebre rumbo a la última morada de la joven, que inició en el rancho Baixtla, donde cargaron el ataúd por aproximadamente kilómetro y medio sobre un camino de terracería, hasta llegar a la población de Tempexquixtla.
Posteriormente, los acompañantes abordaron vehículos y trasladaron el féretro hasta la cabecera municipal, a unos cinco kilómetros de distancia de la casa de la estudiante; allí nuevamente la bajaron y cargaron el féretro por más de kilómetro y medio hasta llegar al panteón municipal, ubicado en la sección número dos de Huatlatlauca.
A las 13:00 horas los ceremonias religiosas católicas y mormonas iniciación nuevamente en el panteón municipal; un par de horas después, sus compañeros y familiares con lágrimas, impotencia y tristeza, arrojaron flores sobre el féretro mientras eran sepultados los restos de Aideé.
Padres exigen justicia
Wenceslao Mendoza, padre de Aideé, exige justicia a las autoridades, no puede entender cómo mataron a su hija en una escuela perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “No entiendo por qué pasan estas cosas, tantas ganas que le echaba ella al estudio. No entiendo por qué le truncaron su vida. No puedo creer que haya sucedido esto en una escuela de prestigio como es la UNAM”, dijo el consternado padre de la víctima.
Por su parte, Ángela Jerónimo, madre de la joven estudiante, pide que se entregue a las autoridades el responsable de su hija. “Que se entregue el que lo hizo para que esté en paz y nosotros también. Las autoridades no nos han dicho nada. También que se entregue el director, por que debió actuar luego, luego. Él lo que debió haber hecho es no dejarlos salir del salón, hacerles la prueba para saber de dónde vino la bala”, exigió.
Protestan estudiantes del CCH
Mientras se llevaba a cabo el sepelio de Aideé Mendoza en Huatlatlauca, los compañeros de la estudiante en el CCH en Iztapalapa exigieron justicia por su muerte y otros acontecimientos que se han presentado en la institución educativa y exigieron la renuncia inmediata de los directivos.
“Por la impunidad y el repudio por parte de los estudiantes, al ver la ineptitud de las autoridades locales, y las autoridades centrales de la Universidad, ante la forma negligente del actuar ante el acontecimiento debido a esto y a diferentes aconteceres pasados, la comunidad exige principalmente (…) renuncia inmediata del director del plantel, Víctor Efraín Peralta Terrazas, y la destitución inmediata de Benjamín Sánchez, director de los (CCH)”, exigieron los estudiantes.
Truncan los sueños de Aideé
La joven de 18 años de edad tenía muchos sueños por cumplir. Nació en el municipio de Huatlatlauca, en la Mixteca poblana, y desde muy pequeña sus padres se la llevaron a vivir a la Ciudad de México, donde cursó todos los niveles de estudio hasta el bachillerato; por las tardes, después de salir de clases del sexto semestre en el plantel del CCH, en Iztapalapa, trabajaba en una tienda de ropa.
Uno de sus sueños era estudiar la Licenciatura en Psicología en la Máxima Casa de Estudios. Estaba a un año de cumplir 19 años, cuando sería nombrada misionera y durante 18 meses para viajar a otros países con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) para ayudar a la gente que lo necesitara; además era integrante de los Scout, donde aprendió a sobrevivir en condiciones de austeridad en las excursiones que realizó.
Su familia y ella planeaban la ‘Feria de la ranchería Baixtla’ a realizarse el próximo 11 de mayo, aunque ella no era de la religión católica y su padre sí, apoyaba para los preparativos del festejo, con el acontecimiento no se descarta que se suspenda la festividad en la localidad.
Wenceslao Mendoza, padre de Aideé, panadero y músico, formó un conjunto musical llamado ‘Grupo Aurora’, después de desintegrarse formó otra banda musical con sus sobrinos con el nombre de ‘Grupo Mendoza’, el cual ameniza las ferias de la ranchería Baixtla.
Ángela, madre de Aideé, trabaja en una tienda de abarrotes, era quien tenía mayor comunicación con la joven que radicaba en la Ciudad de México.
La víctima de una bala perdida, de acuerdo con los análisis de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, visitaba dos o tres veces por año el municipio de Huatlatlauca. Llegaba a la casa de sus abuelos, a tres horas de la capital poblana.
En el municipio 60 por ciento de los habitantes hablan náhuatl y la población se dedica principalmente al campo, artesanías de palma y al comercio, un lugar entre los cerros donde los habitantes dicen que se encuentran lejos de la contaminación, aseguran que es un lugar tranquilo y que “no pasa nada”.
Bala de calibre .9 milímetros la mató
De acuerdo con los resultados de la necropsia practicada a Aideé, quien murió el pasado lunes 29 de abril, arrojó que la muerte de la estudiante fue provocada por una bala calibre .9 milímetros, la cual se encontró alojada en la zona abdominal.
Según el reporte realizado por el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), la bala perdida atravesó el tórax y abdomen. Aunque se desconoce si se hubiera atendido de manera inmediata se habría logrado salvar su vida.
Con esta versión las autoridades descartan que la bala haya salido desde una pluma, un arma letal de calibre .22 que en un principio se creía que había sido detonada dentro del salón de clases.
Augusto Simón v. / Huatlatlauca
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