Tres billetes de 500 y dos de 200 pesos era todo el efectivo que llevaba consigo Alfredo Colimoro Sarellano la mañana del lunes, cuando fue asesinado en la colonia Anzures, descartando por completo que fuera por una fuerte suma de dinero que lo habían privado de su libertad.

Así lo dio a conocer el agente del Ministerio Público durante la audiencia celebrada ayer y en la que se calificó de legal detención y se les imputó el delito de homicidio a los tres detenidos, de los cuales uno de ellos le robó su celular a la víctima una vez que estaba abatido en el piso.

Moisés le quitó su celular a Alfredo luego de que Martín lo asesinó

Según datos que obran en la carpeta de investigación, al momento de hacer el levantamiento de cadáver, Alfredo llevaba consigo una mariconera negra que contenía una cartera con varias tarjetas e identificación, así como dinero en efectivo.

En presencia de sus familiares se hizo la revisión y se confirmó que solamente estaban tres billetes de 500 y dos de 200 pesos, dando un total de mil 900 pesos en efectivo, muy lejos de los 38 mil que en su momento trascendió llevaba consigo la víctima y que presuntamente habían sido uno de los móviles de su asesinato.

Los testigos presenciales que ratificaron su declaración para integrarla a la carpeta, indicaron que luego de que Martín disparó en dos ocasiones contra Alfredo para privarlo de la vida, Moisés se acercó y tomó el celular de Alfredo para después guardarlo en su chamarra y darse a la fuga sobre la 10 B Sur.

Al momento en que fueron detenidos en la intersección de la 26 Sur y la Avenida Juan de Palafox y Mendoza en la colonia Azcárate, elementos de la Policía municipal y estatal le encontraron a Martín un arma de fuego calibre 38 y 10 cartuchos útiles, cuatro en el cargador y seis en una de las bolsas del pantalón.

Por su parte, Moisés traía consigo el teléfono celular de marca Samsung, color dorado con rosa, perteneciente a Alfredo, el cual incluso al momento en el que fue tocado por los uniformados se activó y aparecía la fotografía de la víctima como fondo de pantalla.

Estos indicios también sirven para ligar a Moisés y Martín con el homicidio del ingeniero industrial de 70 años de edad; no obstante, aún continúa sin existir una hipótesis sólida sobre la participación de Jairo Amado, el tercer detenido, quien no ha sido mencionado por ninguno de los testigos y que hasta ahora sólo se le acusa de ir conduciendo el taxi en el que fueron detenidos.