Dos elementos de la Policía municipal de Amozoc serán investigados por la Contraloría municipal por órdenes de un juez de control, el cual detectó posibles negligencias en la detención de Francisco Javier A y Leticia M, vinculados al feminicidio de Cruz Yere Marín Rayón, ocurrido el pasado 16 de julio.

Durante la audiencia en donde se calificó de legal la detención de estos dos sospechosos, el juez de control consideró que los uniformados habrían incurrido en violaciones a los derechos de los detenidos para ser puestos de inmediato a disposición de un agente del Ministerio Público.

Lo anterior luego de que en la carpeta de investigación se asentó que la detención de Francisco Javier y de Leticia se realizó a las 23:53 horas del 16 de julio, pero no fue sino hasta las 00:18 horas del 17 de julio cuando los elementos de Seguridad Pública llamaron al Ministerio Público de la comandancia de Tecamachalco para reportar la detención.

El juez consideró que ese tiempo había sido excesivo, pues se desconoce qué ocurrió en esos 25 minutos desde que fueron asegurados hasta que se lo reportó al agente del Ministerio Público, asimismo, existió una tardanza de poco más de hora y media hasta que llegaron al Complejo de Seguridad C5 en el Periférico Ecológico.

Aunque esta práctica suele ser recurrente, de acuerdo con lo que CAMBIO ha presenciado en otras audiencias, el juez de control de la región judicial centro no toleró esta situación y giró un oficio para la Contraloría municipal de Amozoc, instruyéndola a realizar esta investigación administrativa en contra de los policías, identificados como José Marcos T y Rubén L.

Asimismo, se detalló que las autoridades municipales tendrán un lapso de cinco días hábiles a partir de este lunes para iniciar la investigación y darle parte al Tribunal Superior de Justicia, ya que de no hacerlo podrían hacerse acreedores a una multa de hasta 500 días de salario mínimo.

Cabe recordar que Francisco Javier y Leticia están involucrados en el asesinato de Cruz Yare, de 28 años de edad, cuyo cadáver fue localizado al interior de la vivienda donde habitaba la pareja y en el cual se encontraron diversos altares de la Santa Muerte, a quien eran devotos.

Francisco Javier era padre de la hija menor de Cruz, con quien sostuvo una relación sentimental que al terminar no cesó con la violencia, pues además de golpear la había amenazado de muerte en varias ocasiones.