Católicos realizaron una valla humana sobre la Catedral para proteger el inmueble de vandalismo que pudieron haber generado el contingente de la Marcha de Las putas, lo cual generó una confrontación.

Con rosario en mano y oraciones, los fieles a la iglesia intentaron repeler al contingente feminista, a la par que las protestantes lanzaban consignas y se subieron a la reja de la entrada principal a bailar para reprobar los dichos de la iglesia contra el aborto.

Posteriormente como fue avanzando el contingente los católicos realizaron la valla hasta el zócalo, logrando así evitar cualquier acto de vandalismo sobre la catedral. 

Cabe destacar que esta fue la segunda confrontación entre ambos grupos, ya que en el Templo de San Marcos de igual manera hubo una serie de dimes y diretes.