El congelador es ese lugar de la casa que si no se tiene al menos un poquito de cuidado se convertirá en una verdadera cueva llena de secretos y objetos perdidos que fácilmente podrían pasar años, e incluso décadas ahí. Con el tiempo, estas cosas se convierten en parte del paisaje, se camuflan y prácticamente dejan de existir ante la vista de quienes cotidianamente abren las puertas del electrodoméstico.

Eso fue exactamente lo que sucedió con Adam Smith, un hombre de 37 años que llevaba literalmente toda su vida viendo la caja de una tarta helada de chocolate en el congelador de su casa; por su puesto, él preguntó a su madre por qué aquello estaba ahí y la respuesta que siempre obtuvo era que se trataba de un pastel de bodas.

El tiempo pasó y cuando se hizo adulto, Adam se fue de casa, pero recientemente volvió para cuidar a su madre que enfermó de cáncer. La mujer murió hace unos días y fue entonces que la limpieza del lugar lo llevó a sacar del escondite eterno a la misteriosa caja.

Cuando decidió tomar el envase Adam creyó que encontraría dinero oculto en él, pero su hallazgo estaba muy lejano a esto pues lo que encontró fue el cadáver de una bebé bastante pequeña. Al recapacitar sobre el macabro secreto que su madre guardó por casi cuatro décadas, el hombre recordó que en más de una ocasión le habían dicho que una hermana suya murió antes de que él naciera.

Al darse cuenta de que el cuerpo momificado que aún tenía cabello muy probablemente era de su hermana, la angustia de Smith disminuyó un poco, pero eso seguramente no quitó la sensación de saber que todos sus alimentos se almacenaron junto a un cuerpo humano congelado.

Ahora la policía se encuentra investigando para tratar de encontrar las razones de la muerte de la pequeña y entender por qué no fue sepultada o cremada como marcan las leyes y costumbres.

Fuente: SDP noticias