La visibilidad del vello femenino cada vez es mayor, pero aún nos enfrentamos con muchos tabúes. Estas 'millennials' españolas nos cuentan su experiencia.
De un tiempo a esta parte, la depilación femenina ha sido cuestionada: ¿por qué nos depilamos? ¿Qué pasa si no lo hacemos? Y en pleno debate social, muchas han sido las mujeres que se han animado, por diferentes razones, a dejar crecer su vello de manera natural.
Con el objetivo de saber por qué lo hicieron y conocer cómo reaccionó su entorno, hemos entrevistado a cinco lectoras que no se están depilando este verano.
No depilarse no es sinónimo de ser lesbiana
"Yo llevo toda la vida sin depilarme. Hay veces que me he retirado el vello en verano porque estéticamente es lo que se impone, pero por lo general no me depilo. Nunca me ha apetecido seguir los cánones que hay. Y lo fuerte es que me han llegado a decir: 'claro, como eres lesbiana, no te depilas'. ¡Como si no depilarse fuera sinónimo de ser lesbiana! Cuánta ignorancia. Luego siempre ha habido gente que me miraba, que me miraba raro... Pero a raíz del movimiento feminista hoy me siento más respaldada. Ahora veo que, joder, no soy la única persona que no quiere depilarse, y no tenemos por qué ser antiestéticas por ello". Inés, Cáceres (28).
Ahora me da igual lo que piense la gente
"Siento que esta ola feminista está deconstruyéndonos un poquito más en ese sentido, porque ya hubo adelantadas a su tiempo, como por ejemplo Julia Roberts, que mostraron su vello en la alfombra roja reivindicando la naturalidad de nuestro cuerpo. Pero creo que por aquel entonces no estaba tan extendida la conversación sobre la depilación y no caló en todos los sectores. Ahora hay más mujeres jóvenes que se han convertido en un referente y, a mí concretamente, Amaia me ha dado seguridad cuando por ejemplo he tenido que salir de casa rápido y no me ha dado tiempo a depilarme las piernas, pero también a dejar de depilarme tan seguido y permitir a mis pelos que salgan sin sentir vergüenza, tanto en piernas como axilas. Ahora soy más consciente de que el vello es natural y me da igual lo que piense la gente. Eso sí, me ha costado ganar esta seguridad, porque el entorno no ayuda". Patricia, Valencia (29).
Mi madre no lo entiende
"Empecé a dejarme los pelos largos por pereza este invierno, y me reía con mi novio de la situación (me apoyó cuando le dije que pasaba de depilarme). Como también había visto que en publicidad estaban apareciendo muchas mujeres con vello, sobre todo en las axilas, dejé de usar mi maquinilla. He de añadir que siempre he sido minuciosa con la depilación y la asociaba a limpieza (lo que la sociedad dicta, vaya), por eso reflexioné mucho sobre si me iba a sentir 'estilosa' con una mata de pelo. Y llegué a tenerlos largos, como los de mi novio, pero él no le daba importancia, fue mi madre quien se rebeló en primavera, cuando empezaron a asomar. Me dijo: 'No me gustan nada. Y te lo digo por tu bien'. Yo ya tenía mis pelos asumidos, y ahí observé que ahora tenía que 'banalizarlos' con mi entorno. A mí madre le di un discurso de roles de género y patriarcado y, cuando ya parecía que la había convencido, me dijo: '¡Por lo menos póntelos rubios!'". Ana, Valencia (27).
La publicidad no heteronormativa me abrió los ojos
"Para mí ha supuesto un dilema la no depilación. Me explico: decidí seguir sin depilarme este verano por primera vez porque me daba pereza (en invierno no me depilo o lo hago de manera puntual) y me sentía superrespaldada por el feminismo. Pero cuando llegó la invitación a una boda de un familiar de mi novio, el sistema me asoló: ¿me depilo para dar una impresión normativa a la familia de mi novio o sigo mis principios y me cargo mi discurso? Entonces, la publicidad de la marca de cuchillas 'Billie' me abrió los ojos (una amiga me mandó el anuncio). Su lema es: 'para las que les apetezca depilarse, aquí nuestras cuchillas'. Y, aunque la verdadera razón por la que me quité los pelos para ir a la boda fue para no tener que dar explicaciones o recibir miradas que pudieran incomodar a mi familia política (qué cruz...), también he aprendido que si me apetece depilarme no voy en contra de lo que pienso, lo que en realidad importa es hacer lo que me plazca, pero desde el conocimiento. Por cierto, para el evento me quité los de las piernas, pero me dejé los de las axilas, y no hubo ningún comentario con respecto a ellas (pero tampoco sé si es porque no los vieron)". Alicia, Madrid (31).
Me siento libre haga lo que haga
"Este es el primer verano en que no me importa si se aprecian mis pelos de las piernas porque han crecido más de medio centímetro. ¿La razón? Siento que hay mujeres que también lo hacen, y con mucha más naturalidad que yo, puesto que los pelos que a mí me salen son los que se resistieron a las cinco sesiones de láser que me di en las piernas hace cuatro años. Yo era muy velluda y siempre tuve complejo, y cuando pude pagarme sesiones de láser fui muy feliz, porque vi cómo iban perdiendo fuerza e iban desapareciendo de algunas secciones de mis piernasy axilas. Hoy, sabiendo que debería sentirme libre hiciera lo que hiciera, sigo siendo consciente sobre si estoy depilada o no, pero ya no tengo aquel complejo. Es cierto que me pregunto si sería capaz de dejarlos crecer tal y como los tenía hace años (gruesos y negros), pero considero que, en mi caso, supone un gran salto emocional haber comprendido que no pasa nada por que se vean". Paula, Madrid (30).
Staff/ Diario Cambio
@Diario_Cambio