“Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía” del ahora himno de lucha y petición de justicia del feminismo “Un violador en tu camino”, mujeres, niñas, personas mayores salieron a las calles de distintas partes del mundo a exigir el paro de violencia y denunciaron a través de redes sociales sus experiencias de acoso, abuso o violencia, adaptando cada frase de dicho verso a la edad el lugar y la vestimenta que llevaban puesta cuando fueron víctimas de una agresión:
Y la culpa no era mía.
(tenía 4 años)
Ni donde estaba.
(la casa de mi abuela)
Ni como vestía.
(ropa infantil)
En busca de romper estigmas y refutar a quienes afirman que las violaciones o casos de abuso ocurren en general a mujeres mayores de edad que se ponen en situaciones de riesgo, Natalia explicó que “con el tuit quería mostrar que esto también ocurre cuando somos pequeñas, no sólo cuando nos ‘exponemos’, como muchos dicen. Y no, nunca tenemos la culpa”.
La chilena reconoció que algo que la impulsó a hacer pública esta dolorosa experiencia fue el hecho de que, dada la crisis política y social que se vive en su país actualmente, “hemos tenido que guardar nuestra identidad por las críticas al gobierno” por lo que, según expresó, el saber que su confesión estaría resguardada bajo un seudónimo —Natty Pato, como se presenta en Twitter— le dio la fuerza que necesitaba para visibilizar lo que le pasó.
y la culpa no era mía
(tenía 6 años)
ni dónde estaba
(en la escuela)
ni cómo vestía
(puto uniforme) https://t.co/O52hvFcvU9
— tu tíe le soltere (@fuckthecosmos) December 1, 2019
La persona que abusó de Natalia era un familiar, lo que, según contó la joven, desató una riña interna en su familia y dividió a sus parientes entre quienes le creyeron y la apoyaron y quienes la atacaron y segregaron por haberlo siquiera insinuado. “Siendo mujer he vivido muchos casos de acoso y abuso, pero ese ha sido el más doloroso por haberse dado en un contexto en el que una debería sentirse protegida, no vulnerable”.
En unas horas, la “confesión” de Natalia utilizando el verso escrito por el colectivo LasTesis ya había hecho eco en miles de internautas que encontraron en ese tuit un símbolo de valentía que sirvió a más personas a decidirse para —por fin— hablar de sus experiencias de manera segura. “No sabía que mi tuit iba a tener tanta réplica, pero sin duda se convirtió en un desahogo colectivo”, dijo la santiaguina, cuya denuncia en redes ha alcanzado más de 50 mil reacciones y ha sido compartida casi en 14 mil ocasiones en cuatro días.
Y la culpa no era mía
(tenia 6 años)
Ni donde estaba
(En la iglesia)
Ni como vestia
(Un overol) https://t.co/j1VE3ROFs4
— rafa pitotieso (@jejolasoyjoshUa) December 1, 2019
“Me llegaron muchos mensajes de personas de Colombia, México, Argentina y España que querían contárselo a alguien, pero que les daba miedo hacerlo público. Aún hay mucha condena social”, afirmó Natalia, quien dijo estar ayudando al mayor número posible de personas que le enviaron mensaje. “Una niña me escribió que su novio la estaba presionando para tener sexo y que la amenazó con publicar fotos que tenía de ella desnuda si no accedía. Ella no sabía si eso era violencia o no”, contó la joven para externar su preocupación sobre el hecho de que muchas mujeres aún no saben identificar que están inmersas en situaciones que comprometen su integridad. “¡Claro que es violencia!”, contestó la chilena a ese mensaje.
Fuente: Eluniversal
Staff/ Diario Cambio
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