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Gobernador interino será el segundo en la historia de Puebla

Lunes, 21 Enero 2019 02:08
Gobernador interino será el segundo en la historia de Puebla

La última vez que hubo un interinato fue hace 58 años. El estado sólo ha tenido un mandatario interino y cuatro gobernadores sustitutos.

Gabriel Sánchez Andraca

@Diario_Cambio



 


Puebla sólo ha tenido a un interino a lo largo de su historia y a cuatro gobernadores sustitutos, por lo que este día, quien asuma el cargo tras la muerte de Martha Erika Alonso, sucedida el pasado 24 de diciembre, será el segundo y quien tome las riendas de la administración estatal. La última vez que hubo un interinato fue hace 58 años.


El único interino ha sido Arturo Fernández Aguirre (1961-1963), quien tomó las riendas de Puebla en sustitución de Fausto M Ortega cuando dejó Casa Puebla en medio de una crisis política que había ante el conflicto que surgió en la Universidad Autónoma de Puebla en 1961.


Mario Mellado García asumió el cargo en sustitución del abuelo de Rafael Moreno Valle Rosas, el general Rafael Moreno Valle, quien dejó el cargo al tener un conflicto con el entonces presidente de la República, Luis Echeverría.


Pocos saben qué es un gobernador interino, pues desde hace algunas décadas no ha existido uno en Puebla, por ello aquí se presenta su historia.


Los gobernadores interinos son los que cubren las ausencias temporales de los gobernadores constitucionales que, de acuerdo a la Constitución Política del Estado de Puebla, pueden ser de 30 a 90 días, y ese fue el caso del que hablamos.


Un gobernador sustituto es aquél que suple al gobernador constitucional si éste fallece ocupando el cargo, si es destituido por el Congreso o si solicita licencia por tiempo indefinido.


Primer gobernador interino: Arturo Fernández Aguirre, presidente del TSJ


Pero en los años sesenta-setenta, Puebla vivió una grave inestabilidad política, derivada del conflicto que en 1961 surgió en la Universidad Autónoma de Puebla entre los grupos conservador y liberal, cuya lucha era, por parte del grupo derechista, mantener en su poder el control de la entonces única universidad existente en la entidad, y los del grupo liberal, quienes buscaban rescatarla de manos de los conservadores, pues la Universidad era una institución pública y no era concebible que estuviera en manos de los tradicionales enemigos del liberalismo.


El primer gobernador interino fue el prestigiado jurista Arturo Fernández Aguirre, de 1961 a 1963, quien además de afamado catedrático de Derecho Civil de la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales de la UAP, era presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado; no lo fue por el conflicto universitario, sino porque el gobernador Fausto M Ortega, por un problema particular, (parece que era la enfermedad de una hija suya que ameritaba ser atendida en los Estados Unidos) solicitó licencia por 30 días y el Congreso designó al presidente del Tribunal, Fernández Aguirre, para cubrir esa ausencia.


Un periódico, de esos que se conocen en el argot periodístico como “católicos” porque ‘salen cuando Dios Quiere’, lanzó una edición extra cabeceando la nota: “Sensacional caída y fuga de Fausto M. Ortega”, algo totalmente fuera de la realidad: ni el señor Ortega había ‘caído’ y menos se había dado a la fuga, pues no tenía por qué. Pero eso causó sorpresa y surgieron muchos cometarios que duraron hasta que se aclararon totalmente. Esto ocurrió en el año 1962.


Algunos cientos de estudiantes de Leyes hicieron una manifestación frente a lo que entonces era Palacio de Gobierno, en la 2 norte y la calle Maximino Ávila Camacho, hoy Palafox y Mendoza, en pleno centro de la ciudad, para expresar su júbilo porque uno de los más afamados catedráticos de la institución había llegado a la gubernatura.


Cuando don Fausto M. Ortega regresó al poder, lamentó la publicación del pequeño periódico en el que se dio la falsa noticia, porque dijo que eso había causado problemas a la entidad.


Pero eso fue sólo el inicio de una serie de acontecimientos que dieron lugar a que la entidad poblana tuviera tres gobernadores sustitutos y un gobernador interino más.


Gobernador sustituto: Aarón Merino Fernández, nombrado por la presidencia


En febrero de 1964 tomó posesión de la gubernatura, electo constitucionalmente, el general Antonio Nava Castillo.


Su gobierno estuvo formado por altos funcionarios venidos de fuera en su mayoría y también tuvieron otra característica: en general eran militares.


Varios de ellos tuvieron un trato brusco hacia la población y provocaron enojo y descontento.


El gobierno se metió con los productores de leche bronca, quienes surtían ese alimento a la población de la capital y al Contralor General; un doctor y coronel se metió con los locatarios de los mercados y se armó ‘la grande’, sobre todo porque se les unieron los estudiantes que estaban movilizados desde 1961, por el conflicto interno de la institución que no se había resuelto.


Hubo un movimiento popular-estudiantil que derribó al gobernador Nava Castillo, quien fue sustituido, como gobernador sustituto, por el ingeniero Aarón Merino Fernández. Cubrió los más de cuatro años que le faltaban al gobernador constitucional para terminar su periodo.


Sustituto: el abuelo de Rafael Moreno Valle deja a Mario Mellado


En las elecciones siguientes resultó electo como gobernador del estado el doctor y general Rafael Moreno Valle, quien cometió el mismo error de su antecesor al traer de fuera a los principales funcionarios de su gobierno, aunque su salida del gobierno no fue por esa circunstancia, sino porque pertenecía al grupo político contrario al del presidente Luis Echeverría, quien estaba en ese entonces en el poder y por lo cual empezó a sufrir presiones de los funcionarios echeverristas, renunciando por ello al cargo, dimisión que no le fue aceptada porque los cargos de elección popular son irrenunciables. Solicitó licencia por tres meses y fue renovada hasta completar dos años de su elección, pues de otra manera se habría convocado a nuevas elecciones.


Las ausencias temporales del gobernador, doctor y general Moreno Valle, fueron cubiertas por el magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Mario Mellado, como gobernador interino.


Ajeno completamente a la política, el licenciado Mellado jamás quiso ocupar el despacho de gobernador y mantuvo su vida normal, caminando solo por las calles del centro. Iba al palacio a firmar lo que tuviera que firmar y a escuchar a algunos funcionarios que le informaban de ciertos asuntos que requerían de su intervención.


Sustituto: nombran a un presidente municipal


Cuando mediante las licencias temporales solicitadas por Mario Mellado se cumplieron los dos primeros años de su mandato, solicitó licencia definitiva y fue designado como gobernador sustituto el doctor Gonzalo Bautista O’Farrill, entonces presidente municipal de la ciudad de Puebla.


Por haber sido rector de la UAP, se supuso que arreglaría el problema universitario que ya llevaba varios años sin solución, pero por el contrario, lo complicó, pues se cargó a la derecha y eso enojó a la mayoría de estudiantes y catedráticos que se hacían llamar liberales y que iniciaron una guerra directa contra el gobernador.


Sustituto: llega Morales Blúmenkron


Hubo un conflicto en el centro de la ciudad entre estudiantes y policías, quienes llegaron a un grado bastante peligroso. Hubo disparos y un estudiante resultó muerto en la azotea del Edificio Carolino.


Esa fue la gota que derramó el vaso. El Congreso de la Unión decretó la destitución del gobernador y designó al senador Guillermo Morales Blúmenkron gobernador sustituto de Gonzalo Bautista.


Locutor famoso de estaciones de radio de la capital del país, el gobernador Morales Blúmenkron tuvo un buen desempeño como jefe del ejecutivo, con su trato respetuoso y cordial con todos los sectores sociales y entregó un estado mucho menos agitado que el que habían gobernado sus antecesores.


El doctor Alfredo Toxqui, que entonces era senador, fue designado candidato del PRI a la gubernatura y con su lema de campaña: “Cancelemos odios y rencores” llegó al poder e inició una nueva etapa en la vida de la entidad. Originario de Cholula, estudió en la UAP, fue diputado federal, senador, dirigente estatal del PRI, y del sector popular de ese partido. Después de un largo periodo de inestabilidad política, Puebla entró, como dicen los que saben: por el camino correcto.

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