Sin caer en el discurso de prometer resolverlo todo de inmediato, Miguel Barbosa Huerta visitó a los jóvenes rechazados de la BUAP, a los que además de pedirles que retiraran su plantón del Zócalo de la capital y cesar su huelga de hambre, haciéndoles ver que no es bueno para su salud, los instó a seguir preparándose para ingresar a la universidad el próximo año y hasta les cooperó 500 pesos para el boteo que éstos realizan.
A bordo de su camioneta Toyota Sienna que el propio gobernador ha calificado como su ‘mamá van’, Miguel Barbosa arribó al Zócalo de la capital poblana ante la mirada de propios y extraños que se encontraban en este sitio para visitar el plantón instalado por los jóvenes que no fueron aceptados por la Benemeritita Universidad de Puebla (BUAP) durante el último proceso de admisión y quienes, incluso, desde hace más de 15 días mantienen una huelga de hambre.
“Jóvenes, vengo a saludarlos”, fueron las palabras que enunció Miguel Barbosa al arribar al espacio tomado por los estudiantes rechazados, quienes con lonas y casas de campaña instalaron su plantón.
Además, a su llegada Barbosa Huerta preguntó por el estado de salud de una de las manifestantes que la madrugada del pasado domingo fue llevada a urgencias debido a que por cerca de 13 días llevó a cabo la huelga de hambre para protestar en contra de la falta de espacios en la BUAP para admitir a los jóvenes que buscan estudiar una carrera profesional.
Ante esto, en un tono conciliador, el mandatario poblano pidió a este grupo de jóvenes levantar el plantón y frenar la huelga de hambre, asegurándoles que esto no les hace bien a su salud y sobre todo a su futuro, pues les recordó que pueden continuar estudiando y prepararse para volver a intentar ingresar a la BUAP.
Aunado a esto, Miguel Barbosa ofreció a estos jóvenes más opciones, como que busquen un lugar para continuar sus estudios en una de las universidades públicas instaladas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para tratar de sensibilizar a los jóvenes quejosos y que éstos pudieran captar su mensaje, Miguel Barbosa les relató una de sus anécdotas de vida, asegurando que al iniciar su formación profesional cursó tres cuatrimestres de la carrera de medicina, sin embargo, al descubrir su falta de vocación para el servicio médico migró a la licenciatura en derecho.
Por ello, reiteró su llamado a los jóvenes para que busquen su camino y las oportunidades para continuar estudiando, ofreciéndoles la opción de dialogar en la sede de Casa Aguayo con el objetivo de encausarlos a una universidad pública o incluso buscar incorporarlos al campo laboral.
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Pese a ofrecerles entablar un diálogo para buscar una solución a sus demandas, Miguel Barbosa dejó en claro que su acercamiento no es con el objetivo de solucionarles todo y conseguirles un espacio dentro de la matrícula de la BUAP, pues aseguró que esta institución educativa es autónoma.
Sin embargo, Barbosa Huerta insistió que estos jóvenes pueden incorporarse a los espacios educativos en las universidades de Andrés Manuel López Obrador, e incluso se comprometió a instaurar la carrera de medicina dentro de los planes de estudio de estas universidades en la entidad.
Además, Miguel Barbosa sacó un billete de 500 pesos para donarlo al ‘boteo’ con el que este grupo de jóvenes junta recursos para solventar sus gastos y en ocasiones comer, encomendando esta tarea a su esposa María del Rosario Orozco Caballero.
Miguel Barbosa dijo no poder pasar por el centro de la ciudad a comer ‘cecina y chicharrón’ cuando ve la situación que guarda el plantón instalado por este grupo de jóvenes y a sabiendas de que una de las manifestantes ingresó a urgencias por la huelga de hambre que realizó por cerca de 13 días.
Luis García
@luis_ggarnica