Jueves, 28 de Marzo del 2024
Miércoles, 30 Septiembre 2020 02:21

Nuevamente perdimos la oportunidad

Nuevamente perdimos la oportunidad Escrito Por :   Silvino Vergara

—Sobre el discurso de México en Naciones Unidas 2020—

«Mientras los pueblos económicamente dependientes no se liberen de los mercados capitalistas y, en firme bloque con los países socialistas, impongan nuestras relacionesentre explotadores y explotados, no habrá desarrollo económico sólido». Ernesto «Che» Guevara Asamblea General de la ONU, 1964


 

Desde siempre, la Asamblea General de la ONU es un magnífico escaparate para que los dirigentes de los países presenten y den a conocer cuál es la posición, los ideales, las perspectivas de sus Estados en el mundo. Por ello, desde la izquierda; para las naciones más débiles; para los más afectados por las guerras, inundaciones, invasiones, ponerse en la palestra mundial es la oportunidad de volverse protagonistas en los reclamos por un mundo mejor. Así ha sido como los grandes personajes de la historia reciente del mundo han tenido la oportunidad de estar en la tribuna. Por ejemplo, de Latinoamérica, nuestra región, son emblemáticas las posturas de Ernesto «el Che» Guevara, de Fidel Castro con el discurso más largo de la historia en la ONU (de más de cuatro horas) de Hugo Chávez y sus críticas al sistema norteamericano y, sobre todo, de José «Pepe» Mujica, presidente de Uruguay con su magnífico discurso en 2013 en el que dijo: «El combate a la economía sucia, al narcotráfico, a la estafa y el fraude, a la corrupción, plagas contemporáneas prohibidas por el antivalor, ese que sostiene que somos más felices si nos enriquecemos como sea».

 

A su vez, también ha habido discursos de denuncias del sistema mundial por parte de otras latitudes. Basta con recordar la de Muamar el Gadafi de Libia, Nikita Jrushchov de la extinta Unión Soviética, Yasser Arafat en representación del pueblo palestino y de otros líderes mundiales, que han puesto en alto a sus países, sus ideales e, incluso, sus posiciones (muchas ocasiones radicales) que han denunciado la situación mundial y los riesgos que corre el mundo y, sobre todo, la humanidad.

 

Este mes de septiembre de 2020 se presenta el 75° aniversario de la ONU y la asamblea (ahora virtual) era una enorme oportunidad para que México, literalmente, «se echara a la espalda el liderazgo de América latina», una tarea pendiente de México y que sus gobiernos han dejado para mejores ocasiones, perdiendo de vista que, por el número de población, por la riqueza del país, por su posición geográfica con Estados Unidos de América, cuenta con un deber moral de encabezar a los países de latinoamericanos, como alguna vez sucedió. Esta ocasión, en la asamblea de la ONU era el momento oportuno para ello, sobre todo, abriendo la intervención; era el momento preciso para intentar ser un ejemplo de democracia con lo sucedido en las elecciones de julio de 2018 y, con ello, sostener que hubo un cambio radical de las políticas públicas del país a unas más cercanas a lo que se ha considerado como de izquierda, y esto por la vía pacífica de la democracia. Un hecho que hubiera permitido sembrar la esperanza en las naciones de nuestra región y, claro, de otras latitudes para que apelen a la democracia. Sin embargo, como se dice en el lenguaje popular: «el gozo se fue al pozo». Uno de los peores mensajes que la participación mexicana pudo haber preparado fue el del año 2020. Lamentable, para quienes están a favor de las políticas de izquierda, de un capitalismo más humanitario, más productivo y menos feroz y salvaje, el tiempo de oro que se tuvo para hablar fue gastado en describir un avión, en sostener que un bien se puede rifar y, luego, vender en forma sincrónica; que las remesas son una bendición, cuando, en realidad, debería dar pena que ese sea hoy el sustento de la economía nacional, que dependamos de lo que hagan o dejen de hacer los nacionales a quienes no se les dio la oportunidad de desarrollarse plenamente en su propia patria.

 

Hablar de Benito Mussolini es hablar del totalitarismo, del fascismo, de lo que provocó la Segunda Guerra Mundial, la que causó más de 50 millones de muertos y dejó secuelas y riesgos muy altos, como el que los gobiernos totalitarios puedan volver a conformarse en algunas naciones o, más peligroso aún, el resigo de la extinción humana con todo el armamento que circula en el mundo. Aun sostener que su nombre es por uno de los próceres mexicanos, como fue Benito Juárez, raya en la burla; pues basta con observar que, desde siempre, para Europa, sus naciones y su población, América latina no existe, menos su historia ni sus personajes. Desde luego, con sus honrosas excepciones, como aquella del escrito Víctor Hugo, que le envió una carta a Juárez para que no aplicara la pena de muerte a Maximiliano de Habsburgo.

 

Lastimosamente, México perdió la oportunidad en esa palestra mundial de ser protagonista del concierto mundial; pero más que ello es una muestra de la grande preocupación para la academia libre, la que no depende de los subsidios gubernamentales ni hace «contorcionismo intelectual» para justificar al poder, que el nivel de nuestro país sea el de un club social de rifas y caridades a la pobreza, siguiendo las mismas políticas de antaño de expulsar a nacionales para que trabajen a marchas forzadas y envíen dinero para la subsistencia de su nación, en definitiva, nuevamente perdimos la oportunidad.

 

comments powered by Disqus