Este sábado, la presidencia de la Cámara de Diputados, en manos del PAN, informó sobre una Controversia Constitucional en contra del Acuerdo presidencial que dispone de las Fuerzas Armadas para complementar a la Guardia Nacional en labores de seguridad pública. A pesar de que este modelo de complementariedad está previsto desde la reforma constitucional, aprobada por todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso federal y por las 32 entidades federativas.

Esta acción es reflejo de la inconsistencia con la que actúa la oposición. En primera, porque la facultad de la presidencia de la Cámara de Diputados de promover controversias constitucionales puede ejercerse cuando existe o se alega invasión de sus competencias.

El comunicado de la presidencia sobre el tema, deja muy claro que sus alegatos son los mismos que por semanas ha enarbolado el conservadurismo progre. Algo de lo que comenté en entregas anteriores. En fin, el hecho es que según la presidencia, el Acuerdo no se apega a la Constitución, cuando técnicamente ese cuestionamiento no puede hacerse  por medio de una controversia sino de una acción de inconstitucionalidad, algo que podría promover una tercera parte de los miembros de la Cámara –aunque sería cuestionable su procedencia-.La realidad es que al PAN, PRI, MC y PRD no les alcanza.

Dado que representan tan poquito en la Cámara de Diputados, los conservadores se aprovecharon de que ostentan la presidencia de la Mesa Directiva y promovieron este recurso que aunque improcedente, ha generado mucho ruido, que es lo que buscaban.

En su ánimo de hacer politiquería con un tema tan delicado, los conservadores volvieron a demostrar que no tienen idea en dónde están parados.

La gente tiene en alta estima a las Fuerzas Armadas y a la Guardia Nacional. Atacar este modelo que en muchos lugares del país es la única esperanza por alcanzar la paz y la tranquilidad que los propios conservadores les arrebataron, es una torpeza, por decir lo menos.

Y es que es de una irresponsabilidad supina buscarle los pies a la estrategia de seguridad del gobierno de México en un momento tan delicado. Este fin de semana vimos lo que sucedió en Guanajuato y Sonora, por ejemplo. Con este nivel de problemas se esperaría que, al menos en este tema, la oposición fuese responsable y cerrara filas en torno a la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas, pero cada vez es más claro que pedirles sensatez es pedirles mucho.