Las mujeres no tenemos nada que celebrar, de entrada nos quedó más que claro que no somos importantes en la agenda de gobierno, muchas mujeres mexicanas han padecido todos los retrocesos que antes de los dos años se dieron como si la 4T tuviera una guerra declarada contra las mujeres.

Inició con la desaparición del subsidio para las estancias infantiles, afectando a un gran número de mujeres que no cuentan con el recurso necesario para poder costearlo, ya que a muchas no les llegó el famoso apoyo directo que se les prometió, con el cual podrían elegir la estancia infantil, o bien, como dijo AMLO, contratar a la abuelita para que los cuidara.

Ahí va otra, la 4T deja sin recursos públicos a refugios para mujeres víctimas de violencia, lo cual va contra los tratados internacionales que México ha ratificado y se puso en riesgo, de acuerdo con la Red Nacional de refugios, a más de 20 mil mujeres, siendo que México es uno de los países con alto índice de violencia contra la mujer, y esta se vio incrementada aún más con la pandemia.

Sumado a esto, las múltiples declaraciones que maximizan los estereotipos de género que en repetidas ocasiones ha dicho el presidente de la República, como que “las hijas somos las que debemos cuidar a los papás porque es la tradición y la costumbre”, o peor aún, que el 90 % de las llamadas por violencia a mujeres a los números de emergencia son falsas.

Todas recordamos también el día que tuvo la genial idea de sacar los cachitos de la rifa (que no es rifa) del avión justo en la fecha más emblemática del paro nacional de mujeres, y que dijo: “Yo no sabía ni estaba enterado que el 9 de marzo era el paro”, y amablemente lo cambió para el 10.

Y espere, porque ahí no acaba, en días pasados dos tiros de gracia, sí, leyó bien, dos para asegurar que las mujeres entendamos que no somos importantes; el primero vino con lo publicado en el Diario Oficial de la Federación, donde se modifican las reglas de operación del programa de transversalidad de la perspectiva de género 2020, en palabas cristianas es que el poco recurso que llegaba a las instancias municipales de las mujeres ya no llegará, y en caso de correr con suerte, el monto será menor y en pagos.

Sí, las instancias municipales de las mujeres, esas que veían en este recursos un oasis en medio del desinterés de las administraciones municipales (pero esa es otra historia que trataré en otra columna), se han quedado sin nada, pero con lo que sí se quedan es con todas esas mujeres que en busca de apoyo acuden como primera salida a los institutos.

Y ya por último, o al menos eso espero, la Segob quita recursos para Alertas de violencia de género, sí, leyó bien, no habrá recurso para afrontar esta pandemia de la violencia de género para los estados de Jalisco, Estado de México, Nayarit, Nuevo León, Veracruz y Puebla, cabe mencionar que estos estados, entre ellos Puebla y Estado de México, se encuentran entre los estados con el mayor número de feminicidios y casos de violencia de género.

A manera de resumen, así vamos las mujeres. A dos años de la llegada de la 4T hemos tenido más retroceso que logros, como un día escuché por ahí, estábamos mejor cuando estábamos peor, porque ni en los momentos más oscuros que pensamos vivir nos imaginábamos que tanta lucha para obtener un lugar en la agenda de gobierno y recursos etiquetados en el presupuesto, que de la noche a la mañana pasara esto.

Pero ya vienen las campañas, y como se lo dije a una amiga directora de una instancia municipal de las mujeres, le dije a modo de sarcasmo “amiga, ni te apures que ya vienen las campañas, y entonces las mujeres volveremos a estar en el plan de gobierno al menos en la promesa”.

Dejaré hasta aquí el tema con una última reflexión, y es que muchas mujeres que hace dos años votaron por él hoy no festejaron, porque ya se dieron cuenta que nosotras tenemos otros datos. Nos vemos en el 2021.