¿Usted dígame la colonia?, Xilotzingo, La Margarita, San Miguel, Amalucan, póngale el nombre que sea, lo ambulantes siguen ahí, sin cubrebocas, sin mascarillas, sin medidas sanitarias, sin tantita madre.

El Ayuntamiento de Puebla no ha podido frenar a los vendedores ambulantes que se siguen estableciendo en las colonias populares, sólo basta ir a alguna de las colonias mencionadas en un fin de semana y podrá recorrer un tianguis repleto de gente.

Las personas se están muriendo por no obedecer, cierto, pero también se están muriendo por una administración municipal endeble, rebasada y sin autoridad.

No hay operativos eficaces, ni campañas que contribuyan al desalojo de cientos de vendedores irresponsables que se escudan en la corrupción de algún líder y la ineptitud de la alcaldesa Claudia Rivera.

Los torneos de futbol, las fiestas y el descaro de los ambulantes, de manera implícita llevan un mensaje: la capital poblana sufre una crisis severa de gobernabilidad.

La cosa no está fácil, pero la lenta reactivación económica no es pretexto para que el comercio informal se burle de la situación, y le escupa a los poblanos que han muerto a causa de este virus.

Quizá la clave esté ahí, evitando aglomeraciones de gente, en evitar la oferta, para que no exista la demanda de productos que no son de primera necesidad.

Estimada presidenta municipal, (repita conmigo) el ambulantaje no forma parte de la cultura popular, la economía informal llevada a cabo de esa manera beneficia a un sector, es cierto, pero destruye la movilidad, la buena vecindad, el urbanismo, la seguridad y la tranquilidad de las personas que habitan en esas colonias.

Si la gente está muriendo en la capital poblana es por su falta de responsabilidad y sentido común alcaldesa, Puebla merece más que calles cubiertas de lonas y los poblanos queremos nuestras banquetas de regreso.

A mis lectores, quédense en casa, porque la administración municipal no da una.

Nos leemos pronto.