Estos días son fundamentales para demostrarnos que podemos trabajar en equipo como sociedad, acatando las medidas sanitarias para contrarrestar los efectos de esta pandemia.

Hoy duele decirlo, pero nuestro presente nos ubica en un contexto en el cual nadie esta exento de infectarse y mucho menos de ser víctima de la delincuencia.

Sumémosle a lo dicho de esta fase 2, el problema en materia de seguridad y coordinación por el que estamos atravesando, derivado de la intención del gobernador del estado para sumar esfuerzos en la capital.

Les recientes acontecimientos donde el gobernador del estado, Luis Miguel Barbosa, asume la responsabilidad de la Seguridad Pública de la capital, es un esfuerzo colectivo en el que se incluye a la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera.

Quiero aclarar que esto no es declaración de guerra política ni mucho menos un acto dictatorial por parte del ejecutivo del estado, no se trata de quién pueda más o quién aguanta más, sino de darle certeza y resultados a la ciudadanía, misma que exige un ambiente de paz en nuestras calles.

A título personal, espero que la situación de seguridad publica en Puebla capital, esté lejos de proteger a grupos delincuenciales o a quienes con su “labor” lastiman el bienestar de los poblanos.

La autonomía municipal está intacta, esto va más allá de lo político y de lo que representa la Cuarta Transformación, esto es un asunto de gobernanza, de priorizar las coincidencias en la estrategia por las diferencias en los ideales.

Puebla requiere los perfiles mejor preparados, en este caso, la Secretaría de Seguridad Ciudanía, la ex titular de esta dependencia municipal -no dudo que no sea una persona preparada- ha dejado mucho que desear a la hora de entregar resultados.

Esto no es un juego, se trata de la vida de miles de poblanos que votaron por un cambio y por ello no podemos permanecer inertes ante esta situación.

Nos leemos pronto.

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