Como lo dijimos antes, las decisiones que ha tomado el Gobierno de México para enfrentar la epidemia del nuevo coronavirus, han sido precisas en tiempo y forma. Sin embargo, la animadversión de algunos y algunas los ha llevado a exponerse como malogrados agoreros del desastre.

Cada dos o tres días eligen un tema. Ya pasaron por tratar de vender la idea de que íbamos tarde con las medidas de aislamiento social. Fallaron. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la preparación que adoptó nuestro país frente a la epidemia.

Luego, pasaron al tema del “maquillaje” de cifras. Según ellos, se estaban ocultando las muertes por coronavirus bajo el rubro de neumonías atípicas. El sábado 28 de marzo, López-Gatell presentó las cifras que demuestran la inexistencia de un comportamiento inusual en las muertes por neumonía y bronconeumonía en lo que va del año, comparadas con las cifras agregadas de los 7 años anteriores. Volvieron a quedar en ridículo.

También comenzaron a circular un mapa de los estados fronterizos de México y Estados Unidos. Que, decían, demostraba la incongruencia en número de casos de estados colindantes como California en Estados Unidos y Baja California en México, o de Texas en Estados Unidos y Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila en México. Aunque la sola presentación del mapa era insensata, como lo publicó el subgobernador del Banco de México, Gerardo Esquivel, dado que los contagios nada tienen que ver con colindancia geográfica entre ellos; algún buen ciudadano mostró el mapa de los estado colindantes en la frontera de Estados Unidos y Canadá, que también muestra una diferencia notable en número de casos entre unos y otros. Se derrumbó su falacia con otra muy bien lograda.

El más dramático de los ridículos, hasta ahora, (porque se esperan más) se lo llevó el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, que intentó montar un show mediático de confrontación en medio de la epidemia. El conservador naranja se propuso “exhibir” al Gobierno de México con la aplicación de pruebas rápidas de coronavirus. Estas pruebas patito de las que consta en diversos reportajes internacionales su baja efectividad para detectar el virus.

Alfaro anunció con bombo y platillo la adquisición de cinco mil pruebas rápidas de coronavirus. Llegó el día de la entrega que nunca llegó. Y el politiquero solo pudo decir que los proveedores ya no le contestaban el teléfono. De risa loca.

La lección es que por mucho que le busquen, la sensatez y oportunidad con que está actuado el Gobierno de López Obrador no va a dar lugar a que se cumplan sus presagios funestos. Solo seguirán exhibiéndose.

Ya para concluir, hay que hacer énfasis en la responsabilidad solidaria de todas y todos de cumplir puntual y enérgicamente las medidas de la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Hoy más que nunca #QuédateEnCasa.