Con más de $100,000 pesos de sueldo mensual, la dirigente estatal del PAN Puebla, Genoveva Huerta, decidió enmudecer ante el reto que le hicieron en redes sociales de donar el 50 % de su sueldo para apoyos alimentarios a quienes más lo necesitan.
Genoveva Huerta decidió no contestar. Su silencio no es cosa menor, no hubo diputado o senador que saliera en su defensa, un reflejo de la soledad con la que camina la actual dirigente estatal.
Debemos recordarle al PAN que los momentos coyunturales de este país son la oportunidad ideal para que una oposición se consagre.
La dirigente estatal ha puesto en marcha un ataque digital vía redes sociales, un activismo de sofá sin tener un tipo de contacto con los ciudadanos.
El PAN camina sin rumbo, sin sentido, y lo peor, sin humanismo.
Las tragedias no buscan personajes, sino líderes. La militancia panista obedece a oídos sordos, sin una estrategia y sin ningún sentido.
Que no olvide Genoveva Huerta que el pueblo no olvida, y mucho menos en tiempos difíciles. El PAN recibirá su castigo. Al tiempo.