Mi casa se ha vuelto el lugar en el que trabajo, en el que como, en el que disfruto de mi familia, en el que empiezo nuevos proyectos, en el que doy clases y conferencias, en el que estudio un diplomado e incluso en el que inventamos en el jardín un cine para festejarle el “Día de la niña” a mi hija.

Entiendo, valoro y estaré siempre agradecida con las personas cuyo trabajo, de acuerdo al Decreto, emitido por la Secretaría de Salud, es esencial y forzosamente tienen que salir a trabajar, para que, por poner un ejemplo, los hospitales tengan personal médico que nos pueda atender y existan personas en los supermercados, para que podamos abastecernos de lo necesario para estar en casa, y también me solidarizo con aquellas personas que se autoemplean y que dependen de lo que vendan para salir al día con sus gastos; incluso si necesito comprar algo, primero veo a que poblana o poblano puedo apoyar directamente con mi compra o pedido.

Y mientras yo, en conjunto con mi familia, vivo un mundo paralelo y aislado de la gente, me pregunto ¿Qué pasará afuera? ¿Todas y todos están en sus casas? ¿Únicamente salen las personas cuyo trabajo es esencial o que no tienen un trabajo formal? ¿La ciudad está vacía, con pocos automóviles y limitadas rutas de transporte? ¿Cómo se verá la ciudad sin smog y sin contaminación? ¿Habrá animales en las calles como en otros países del mundo?

Desagraciadamente, la respuesta a todas estas interrogantes es “No” y me da mucho coraje, pero a la vez tristeza y frustración que, las veces que he tenido que salir, por alguna cuestión elemental, me encuentro con el mismo tráfico con el que en mi vida cotidiana lidiaba, cuando muchas personas no cuidan la sana distancia ni cubren las medidas mínimas de protección y, por el contrario, se trasladan en familia, como si nada pasara; cuando he vivido varios días en los que he querido salir corriendo de mi casa y volver a mi vida normal, pero no lo he hecho, no solo por mí y mi familia, sino también por la gente que pueda tener contacto conmigo y de la cual pueda convertirme yo en un foco de infección.

Las acciones que podemos emprender, tod@s y cada un@ de nosotr@s para evitar la propagación del COVID-19 son múltiples, empezando, por la principal, que es el hecho de que la gente se quede en su casa y mantenga el mínimo contacto con el exterior, ya que éste es el mejor antídoto y el único que detendrá el contagio, además también es importante que implementemos las acciones de salubridad que las y los expertos nos recomiendan.

Otro aspecto fundamental, es evitar la difusión de noticias falsas, cadenas o links, en los que incluso se pone en tela de juicio la existencia de este virus, ya que ello alentará a que la gente siga saliendo y no crea que existe esta enfermedad. Estoy segura que muchas y muchos de ustedes, vieron este fin de semana el video en el que los familiares de pacientes de coronavirus irrumpieron en el Hospital Las Américas de Ecatepec e incluso la madre de una persona que murió por COVID-19, renegaba y decía: “Sabemos que no existe el Covid… a mi hijo me lo inyectaron yo creo para matarlo”; muchas personas la lincharon mediáticamente por lo que dijo, pero la realidad es que si se sigue difundiendo información falsa o si incluso un diputado local de nuestro Estado se atreve a decir que el virus fue creado para afectar a la gente más vulnerable, la insensatez no solo se encuentra en la señora, que estoy convencida estaba invadida por el dolor y la impotencia y por eso afirmó lo que dijo, sino también en las personas que difunden las llamadas fake news.

Esta semana en la que se prevé exista el mayor número de contagios, desde que llegó el coronavirus a nuestro país, es nuestro momento, es la hora en la que tenemos que ponernos en el pecho la camiseta, si la camiseta de México, la de ese país que tanto amamos y por el que debemos dar la cara y hacer nuestras mejores jugadas, nuestras mejores fintas, nuestras mejores atajadas y nuestros mejores goles, basta de polarización, no podemos seguir siendo 2 equipos distintos, de chairos y fifís, no podemos continuar siendo rivales, cuando en realidad México es uno solo, porque en la medida en la que todos juguemos la posición que nos toca venceremos o, por el contrario, nos vencerá esta pandemia.… Venga #VaPorMéxico