Viernes, 19 de Abril del 2024
Martes, 12 Mayo 2020 02:16

EL INVENCIBLE

EL  INVENCIBLE Escrito Por :   Irma Sánchez

A 19 días de que regrese la vida "a la normalidad", debemos tener claro que "esa normalidad" está por verse.


 

La vida cambiará en todos los órdenes, desde lo personal, lo familiar, en la comunidad y en los círculos en los que nos desenvolvemos.

 

Y es que el surgimiento del COVID-19, apareció en el mundo para ponernos de cabeza, vivir, convivir y trabajar de otra forma.

 

Se ha trillado sobre los temas político y social, pero más allá de lo colectivo, en lo personal, no todos han percibido lo que nos espera.

 

Primero, ya se entendió desde el sector salud que colateralmente a la crisis sanitaria, hay que trabajar un proyecto sobre la salud mental de la sociedad que tiene un impacto por los 40, 60 o 90 días de encierro.

 

En este tema, hay diversos problemas que llevaron a estados de tensión, desesperación, ansiedad o violencia, ya sea como víctima o como victimario, todos dejan huella y ahora hay que desactivarlos hasta donde sea posible; mientras los menos fueron a dar a las agencias del  ministerio público y a casas de refugio para mujeres y niños violentados.

 

Para estos, tras el confinamiento hay profundas heridas difíciles de superar y que surgen para el resto de sus días

 

Pero todavía hay más: científicos que se han abocado a estudiar al coronavirus advierten que para las últimas semanas de éste mismo año, la tendencia es de una nueva ola de contagio, por lo que se obliga a la gente a mantener las medidas cantadas de Sana Distancia, cubrebocas, gel antibacterial y olvidarse de besos y abrazos y de grandes concentraciones humanas.

 

Es decir, las medidas que se aplican hoy, llegaron para quedarse mínimo dos años, coinciden investigadores que ven difícil acabar con este virus. Otros más pesimistas se lanzan a decir que el virus llegó para quedarse y que hasta que no este lista una vacuna efectiva, la humanidad correrá todos los riesgos de ser contagiada hasta dentro de su casa, con su familia.

 

Este es el panorama para una sociedad que no logra asumir tanta restricción y recomendación hasta llegar a reírse, negar y retar al mortal virus que provoca que el día de la muerte del infectado sea lejos de los suyos, en la soledad de una habitación hospitalaria y sin la oportunidad de que los suyos lo despidan.

 

Si organizaciones mundiales ya referían una sobrepoblación del mundo, hoy con la aparición del COVID-19 surgen muchas interrogantes.

 

Nunca imaginamos entrar a las puertas de la tercera década del siglo XXI en un ambiente que sólo lo habíamos leído en novelas de ciencia ficción de escritores que saborean el churro para sentarse a escribir.

 

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