Martes, 23 de Abril del 2024
Jueves, 25 Junio 2020 03:04

Quédate en casa

Quédate en casa Escrito Por :   Irma Sánchez

Qué parte del “quédate en casa” no entendemos, que lo estamos pagando con un acelerado contagio del COVID-19 que día a día suma docenas de muertos y multiplica las catástrofes.


 

Como dice cada mañana el popular conductor de noticias Javier López Díaz, “el que puede debe”.

 

Cada mañanera el gobernador Luis Miguel Barbosa insiste, propone, recomienda, invita, pide, suplica, pero lamentablemente la gente que ha permanecido confinada en su casa “dice” que ya se hartó y sale porque sale.

 

Y ¿a qué sale?

 

A contagiarse en lugares comunes, en los que todavía no se obliga a portar el cubrebocas.

 

Si bien es cierto que “todos” nos vamos a contagiar, tampoco hay que retar al microscópico y mortal virus, sobre todo la población que por sus padecimientos crónicos es vulnerable a ser impactada con el virus.

 

En nuestras manos está.

 

Si hay necesidad de salir, hacerlo con todas las medidas recomendadas. Y si no hay necesidad, ¿para qué exponerse y exponer a los suyos?

 

Las historias, los testimonios de quienes ya enfrentaron la experiencia del contagio o sufrieron una baja por éste, son miles. Es el momento de frenar el contagio, o los que hemos obedecido quedándonos en casa estaremos sentenciados a salir no uno de estos días, ni una de éstas semanas, sino uno de estos meses o uno de estos años.

 

¿Por qué tengo que pagar por los imprudentes?

 

Quienes son víctimas de la claustrofobia, que consulten a especialistas que en varias líneas están dando asesoría y apoyo efectivo y en forma gratuita. Pero “yo” no tengo que pagar por ellos.

 

Negocios son negocios

 

Cuando el ritmo de la pandemia toma velocidad y se escucha el grito de ¡sálvese quien pueda!, la recomendación básica de los médicos es tomarse la temperatura 3 veces al día y revisar la oxigenación para que en cuanto baje de 90, entender que comienza a encenderse la luz amarilla para acudir a un centro de enfermedades respiratorias.

 

Lamentablemente la posición de la industria de medicamentos e insumos no está a la altura de las necesidades, confirmando con sus maniobras aquello de que “negocios son negocios”.

 

Y es que usted hoy en los días de mayor contagio puede recorrer todas las farmacias que hay en Puebla en busca de un termómetro y un oxímetro y no lo va a encontrar.

 

Volaron éstos 2 accesorios médicos.

 

Ni termómetros de mercurio ni los digitales que son una maravilla.

 

Y en cuanto a los oxímetros, Adriana Serret, representante de un fuerte grupo farmacéutico de Puebla, informó que antes del COVID, en el mostrador de las farmacias este medidor de oxígeno costaba al público 600 pesos, y era negocio venderlo. Hoy en la pandemia el mismo dispositivo los establecimientos los consiguen a precio de mayoreo a mil 800 pesos para comercializarlo.

 

¿Se da usted cuenta de la desproporción?

 

Esto ha provocado que los establecimientos farmacéuticos se nieguen a comercializarlos para no cargar con la acusación sobre el encarecimiento desorbitado.

 

Y así, los poblanos se quedan sin los instrumentos para monitorearse en esta crisis, y los riesgos están pendientes

 

Las nuevas disposiciones para visitar museos

 

El retorno a las labores cada vez está más cerca.

 

Los recintos museográficos ya se comienzan a preparar para reanudar labores dentro de la famosa Nueva Normalidad.

 

Las particularidades del protocolo para su operación serán dadas a conocer. La visita ya no será igual, habrá que sujetarse a un nuevo orden.

 

Se estima que pese a los famosos recorridos virtuales que se impusieron en los días de la pandemia, las cosas no serán igual porque definitivamente la gente seguirá disfrutando más el recorrido presencial para conocer materialmente todo tipo de obra, por encima de la oportunidad cibernética.

 

Hay que aterrizar propuestas

 

Los de hoy son tiempos de crisis, y todos lo sabemos.

 

¿Cómo vamos a salir adelante?

 

Es el reto.

 

Sobre este hay una gran disposición tanto a nivel público como privado.

 

Se trabaja para encontrar alternativas, no la barita mágica

 

Y en una lluvia de ideas el industrial, Ricardo Menéndez (Dulces Anáhuac) desempolva una vieja propuesta, insiste en la posibilidad de crear centros de trabajo para concentrar a gente del interior, sobre todo del medio rural, para que en lugar de pensar en el sueño americano, encuentren una opción en su propio estado.

 

Así a los paisanos se les puede concentrar de lunes a viernes o sábado y en el día se les puede capacitar en oficios y hasta en el manejo de técnicas para recuperar la fertilidad de sus tierras.

 

Juntos pueden trabajar más tarde en cooperativas, y juntos y organizados comercializar el producto de su trabajo en forma satisfactoria, prescindiendo de intermediarios que tradicionalmente son los que salen ganando.

 

Opciones para trabajar hay muchas.

 

El reto es aprender a cerrar filas, a organizarse, a formar grupos.

 

Se trata de una propuesta que hay que tomar en cuenta, y que el empresario dulcero sin alharacas está buscando con aliados como aterrizar el primer centro

 

Son propuestas, y hay que tomarlas en cuenta

 

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