Amy se queda con todo lo que representa Africam Safari, con sus 35 mil animales.
En Arboterra en el parque ecológico revolución, en donde permite la formación y convivencia con el universo de las aves, insectos, reptiles, mamíferos, hormigas, guacamayas, flamingos, y disfrutar de un paseo diferente con vistas inigualables, en diferentes niveles desde un gigantesco árbol de 23 metros de altura.
Amy se queda en el parque metropolitano, un proyecto ecológico que cuidó y que logró que no se tratara de una obra sexenal como suele ocurrir con innumerables elefantes blancos. Los poblanos lo disfrutan recorriendo en bici y en enriquecedoras caminatas sus 21 hectáreas, resguareciéndose por momentos entre sus cuatro mil 500 árboles en paseos con sus mascotas.
Amy está en el MIURA, el Museo Interactivo del agua, que en equipo con un grupo de ecologistas cómplices de ideales y convicciones como Verónica Mastretta y Daniela Migoya logró aterrizar.
El espíritu de Amy se queda entre sus amigos con los que inició el movimiento Salvemos al Atoyac para devolvérselo a Puebla limpio, para generar vida, convivencia, paseo para deleite de Puebla y los poblanos, sueño y anhelo de su hija Melania Gabriel, Herberto Rodríguez Regordosa, Blas Cernicchiaro Maimone y José Luis Escalera Guzmán.
Amy está en todas partes, con sus enseñanzas como mujer de retos, emprendedora, luchadora, comprometida empoderada por sus propios méritos y convicciones, sin pedir limosnas de género.
Amy se queda en el corazón de los poblanos y en los baúles de los recuerdos de muchas familias que visitan Africam, encuentran un parque diferente, y atesoran recuerdos de experiencias inolvidables.
Amy está en el ánimo de sus animales y en el corazón de los poblanos y los millones de visitantes, que durante sus primeros 48 años registra el Parque.