Y ¡Oh, decepción!

 

En el mes de febrero de este trágico año apareció en el universo el maldito coronavirus, y desnudó la realidad de los sistemas internacionales de salud, sin exceptuar al mexicano del que se acumulaban planas en todas las publicaciones y horas de videos y grabaciones destacando sus alcances.

 

Desde luego que no todo era mentira, pero tampoco todo era verdadero. Con el coronavirus llegó la verdad sobre la vulnerabilidad de nuestro sistema de salud que se vio rebasado con miles de contagiados, y al día de hoy con más de 85 mil muertos.

 

Sobre la tragedia comenzó el descubrimiento de la real situación: hospitales cargados de necesidades que para atender a los enfermos obligan a sus familiares a surtir las recetas, y las necesidades de los insumos. En algunos casos hasta comprar las jeringas, el alcohol y el algodón para aplicar una inyección.

 

Hospitales abandonados, con muros deteriorándose, sin mobiliario, porque sólo sirvieron para “invertir” en la construcción de sus muros y para sacar una fotografía con motivo de su inauguración, para lo cual llegaba la víspera una mudanza con el mobiliario necesario y tras la supuesta inauguración con autoridades sonrientes para la foto, volvía el camión de mudanzas para recoger el mobiliario ¿para? llevárselo al siguiente hospital para su inauguración.

 

¡Cuánto abuso, burla y fraude!

 

En su momento se llegó a reportar cómo se hacían las cosas, que para promover esos centros hospitalarios llegaban en caravana hasta 3 camiones, uno cargado con equipo para videograbar, otro con vestuario y accesorios médicos y hospitalarios y un tercero con camerinos y luces para maquillar a los actores para dejarlos listos, arreglados para representar su papel de enfermos, familiares, médicos, extras de escena, enfermeras, camilleros y afanadores que figuraban en los promocionales de la obra de salud y los supuestos pacientes agradecidos.   

 

Cuanta farsa. Ah, y en ocasiones llegaban para participar el secretario de salud y hasta el gobernador, quienes pasaban por el camión-camerino para maquillaje, de donde salían para ensayar para lucir lo más natural en el promocional para la televisión.

 

Ese era nuestro sector salud.

 

Hoy lo conocemos.

 

Y su eficiencia la podemos repasar en los números que ha arrojado la crisis sanitaria por el coronavirus.

 

Y desde luego lo que es un escándalo, es la danza multimillonaria con la que nos defraudaron.

 

Así se gobernaba.

 

Cabe la pregunta ¿después del coronavirus, en unos años, cómo quedará?

 

El Gradual Regreso

 

Y comenzamos a volver a la normalidad.

 

Y la vida, no es fácil

 

Miembros de Protección Civil están atareados revisando que se cumplan las medidas de prevención para frenar la propalación del coronavirus, lo mismo en centros comerciales, restaurantes, cafeterías, salones de belleza, clubes deportivos, y en los templos, en los que permanentemente se mantiene un rígido control: cubrebocas, Sana Distancia, gel antibacterial y se checa la temperatura de las personas.

 

En los templos los domingos para participar en la celebración eucarística desde la puerta se checa el cumplimiento de todo. Grupos de voluntarios identificados con chaleco anaranjado con cintas reflejantes y casco, cuidan el cupo restringido, acomodan a los asistentes en hileras salteadas y a metro y media de distancia. Para comulgar despachan gel a los comulgantes que reciben en la mano la hostia de manos del sacerdote con cubrebocas.

 

La limosna ahora se recoge en la puerta de salida.

 

Los adultos mayores hoy ya no van a los templos, ya hicieron un hábito seguir su misa por radio, televisión y con la ayuda de sus nietos siguen la misa en tiempo real por las redes sociales.

 

La totalidad de los templos cuenta con un equipo especializado para subir a las redes la misa de cada día y principalmente la dominical y la de los días de fiesta religiosa.

 

En la parroquia de Nuestra Señora del Camino hay un cambio radical, se recurrió a la auto-misa a la una de la tarde.

 

Como en el autocinema, el sacerdote la celebra desde un altar instalado en la parte alta de la explanada del templo frente a los católicos que en orden estacionan sus vehículos y sin bajarse de estos, a bordo siguen con devoción el rito en el estacionamiento.

 

Así lo obligan los tiempos de la pandemia que se prevé concluya en el 2022.

 

Nuevamente El Aguirre

 

Sin lugar a dudas el café más emblemático del Centro Histórico, desde los setentas hasta hace 3 años, el famoso Café Aguirre regresa al centro.

 

Cuando cerró sus puertas en la primera calle de la 5 de Mayo, hubo nostalgia y tristeza porque se cerraba toda una época en la vida dentro del primer cuadro de la ciudad.

 

Hoy, Café Aguirre de Vicente Aguirre y sus hijos Vicente y Arlet regresa al centro, pero a otro inmueble, el 19 de octubre, el próximo lunes abrirá sus puertas en la casona conocida como Milagro en la 4 Norte 402.

 

Desde luego que regresa con la misma carta de alimentos que le dio tanto éxito en su primera etapa.

 

Café Aguirre antes de cerrar sus puertas en el centro histórico ya contaba con 4 puntos de venta: Complejo Cultural Universitario, Ciudad Universitaria, Betania y 31 Oriente, los cuales juntos no pudieron sortear la nostalgia de los poblanos con el cierre de su establecimiento matriz en la 5 de Mayo.

 

Tapetes Con Causa

 

Las mujeres recluidas en el Cereso requieren de mucho apoyo emocional mientras viven los días de su condena.

 

Por ellas Grupo Pro Niñez trabaja incansablemente en diversas actividades que les permitan llevar con menos estrés su estancia en el reclusorio.

 

Grupo Pro Niñez hoy asesorada por expertos les dará un taller de yoga para lo que pide el apoyo de la sociedad, sobre todo por parte  de quienes están convencidos de los beneficios que aporta a las personas ésta disciplina.

 

Para impartir el taller se requiere reunir los tapetes especiales que tienen un costo no mayor a los 170 pesos.

 

Se trata de una cruzada para conseguirlos regalados “tapetes con causa”

 

Si usted puede patrocinar uno o mas para obsequiarlo debe comunicarse al 2222 155750 o al 2229 543763-