Se lo cuento, se trata de un centro fabril que opera al interior de San Miguel, en el reclusorio para mujeres. En este las obreras cumplen con una jornada parejita de 12 horas de trabajo a cambio de un salario de 15 pesotes.

 

Surge la inquietud… ¡no es posible!

 

Y al mismo tiempo la pregunta… ¿las autoridades del reclusorio porqué lo admiten?

 

No se admite y por el contrario, se reprueba y se cuestiona a las autoridades del Cereso porque lo solapan.

 

Trabajar en esta fábrica desde luego que no es obligatorio.

 

Las reclusas tienen una segunda opción para ganarse la vida, elaborando bolsas y pulseras que comercializan con los familiares y amigos que llegan a visitar a las internas.

 

Lamentablemente desde hace 9 meses que comenzó el confinamiento las visitas están restringidas para prever una ola de contagios de coronavirus, y en consecuencia las reclusas no venden sus artesanías y están sin ingresos.

 

Si bien hay que reconocer que en el centro penitenciario se proporcionan los alimentos a las internas, también hay que entender que el presupuesto con el que operan los Ceresos no alcanza para dotarlas de artículos para su limpieza.

 

Ante esta realidad, el Grupo Pro Niñez está haciendo una gran obra solicitando la participación de la sociedad para que con un donativo de 200 pesos se pueda dotar de un kit mínimo de limpieza a las internas que incluya papel higiénico, pasta dental, toallas femeninas, detergente, shampoo y crema corporal.

 

Con sus ingresos como trabajadoras de la factoría que opera al interior del Cereso, las mujeres no reúnen la capacidad económica para comprar en alguna de las 2 tienditas que operan dentro un shampoo que tiene un costo de 70 pesos. Necesitarían ahorrar el producto de 5 días de trabajo sólo para comprarse una botella de menos de 200 mililitros de shampoo.

 

En estas condiciones viven las 416 reclusas, de entre las que hay 50 de la tercera edad y 20 están acompañadas y cuidan de sus bebés ahí mismo.

 

Y si analizamos resulta que entre las internas unas son verdaderamente inocentes, otras cometieron un delito empujadas por sus parejas.

 

Y lo demoledor es de que la totalidad cuando ingresa son olvidadas por su familia, a diferencia que los hombres que permanentemente reciben en la cárcel la visita de su pareja, de sus amigos y de sus familiares y conocidos.

 

Si a usted le mueve apoyar a estas mujeres solicite información al 221 199 6847. También puede hacer donativos materiales en el Zavaleta Center en Calzada Zavaleta 5315-3.