Consideró que todavía no están dadas las condiciones para levantar la cuarentena y reanudar las actividades productivas, por el peligro de contagios. Puebla está preparada sanitariamente para hacer frente a la contingencia en los hospitales y centros de salud, dijo, pero para no llegar a una situación de crisis, los presidentes municipales deben actuar responsablemente, exigiendo a los ciudadanos el cumplimiento de las recomendaciones que se han dado, aunque eso repercuta en su popularidad, pues está en juego la salud y la vida de los habitantes del estado, que es lo más valioso y lo que debe cuidar toda autoridad que se respete.

            El número de contagios y de fallecimientos se han incrementado a nivel local y a nivel nacional, y por lo mismo no debemos bajar la guardia.

            Lo mismo que el gobernador, acatar las recomendaciones de las autoridades sanitarias para frenar la pandemia, también  lo recomendó el presidente en su conferencia mañanera. Dijo que el relajamiento de la disciplina en el cumplimiento de las citadas recomendaciones puede ser muy peligroso para el pueblo de México.

            AYER LE DIJIMOS EN ESTE ESPACIO QUE SE CONMEMORABA el centenario del asesinato de don Venustiano Carranza y que ese crimen se cometió en el estado de Puebla, en Tlaxcalantongo para ser exactos, que es una junta auxiliar en la sierra norte perteneciente a Xicotepec de Juárez. Y le comentamos de las peregrinaciones cívicas que los políticos poblanos hacían ese día, el 21 de mayo al pueblo donde murió el expresidente Carranza, considerado padre de la Constitución de 1917.

            Era un homenaje solemne, con asistencia de mucha gente importante y siempre había un representante presidencial de primer nivel.

            Cuando todavía vivían varios constituyentes, todos ellos venían en caravanas de autobuses hasta Tlaxcalantongo, acompañados de familiares y amigos.

            El último constituyente vivo fue don Jesús Romero Flores, que con cien años de edad estuvo presente por última vez en la ceremonia, pero la noche anterior, ERAN LOS TIEMPOS DE Guillermo Jiménez Morales, se le ofreció una cena en la que echó de su ronco pecho, pero por la edad, al iniciar su discurso de agradecimiento, dijo: “Pueblo de Tlaxcala”... Y al finalizar, todavía con el micrófono abierto, preguntó: “¿Qué aquí es Zacatecas?”. Eso provocó risas de simpatía, pues todo mundo entendía que por su edad avanzada estaba expuesto a equivocarse, y todos los asistentes, puestos de pie, le tributaron un prolongado aplauso.

            LA PANDEMIA DEL COVID-19 Y LA CUARENTENA que por ese motivo se ha decretado, hicieron que el homenaje de ayer, a don Venustiano Carranza, fuera sencillo, austero, con poca gente guardando su sana distancia, en el zócalo de esta capital y con asistencia del gobernador del Estado, Luis Miguel Barbosa, así como de los titulares de los poderes Legislativo y Judicial.

            Fue al medio día en medio de un zócalo semidesierto, por los problemas ya mencionados. Un homenaje sencillo, austero, pero digno.

            TODAVÍA NO SALE A LA VENTA EL LIBRO del expresidente panista Felipe Calderón, pero por los comentarios que hemos leído en la prensa nacional y en un diario local, al referirse al exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas, el expresidente no se mide y le lanza duras acusaciones.

            Habría que preguntarle por qué cuando RMVR inició su periodo de gobierno en Puebla, tuvo todo el apoyo de su gobierno y no el rechazo; si él era presidente de la república y actuó también como los priistas, como el máximo jefe de su partido, porque permitió que “Rafa” persiguiera a los panistas militantes, como a Ana Teresa Aranda o Eduardo Rivera, Rafael Micalco y muchos más, obligándolos a autoexiliarse o a renunciar al PAN, como la señora Aranda.

            Por qué no habló, con toda la autoridad de un expresidente de la república, cuando pretendió meter a la cárcel al exalcalde Eduardo Rivera, a quien defendían Josefina Vázquez Mota, Ana Teresa Aranda y otra panista importante que fue secretaria general nacional de su partido y cuyo nombre no recuerdo.

            Habrá que leer el libro para ver cuántas incongruencias más pone de manifiesto el “hijo desobediente”.