Se queja doña Genoveva del recorte presupuestal que los gobiernos federal y estatal hacen a los ayuntamientos, pues considera que con ello los condena “a no realizar obras para beneficio de la comunidad y provocará un retraso en el desarrollo de nuestros pueblos”, y no sólo eso, dice que el plan de Morena tiende a terminar con la autonomía municipal.
Todos los gobiernos del mundo están en crisis económica y todos han tenido que ajustar sus gastos para atender sólo lo indispensable.
Tenemos conocimiento de que en Yucatán, estado con un gobierno estatal panista, ha habido municipios en los que las autoridades han sacrificado programas de obras públicas como pavimentaciones para comprar despensas bien surtidas y distribuirlas entre la gente más necesitada, y esas despensas son entregadas en las mismas casas de los beneficiados. En el estado de Guerrero, que tiene que lidiar además del COVID-19, con un fuerte brote de dengue, los municipios, también sacrificando obras que pueden esperar tiempos mejores, han dedicado parte de sus presupuestos a programas de sanitización, a combatir a los moscos trasmisores de la enfermedad, además de atender las recomendaciones de las autoridades sanitarias contra el coronavirus.
Imagínese a Puebla, una entidad al que un gobierno estatal panista dejó con una deuda histórica, la más grande de su historia -de más de 60 mil millones-, casi todos invertidos en esta capital en obras tan importantes y tan necesarias como una rueda de la fortuna que funciona esporádicamente; un museo internacional del Barroco en el que el 90 por ciento o más de los poblanos ni siquiera conoce; unas ciclopistas por las que nadie pasa y unos arcos de seguridad que nadie sabe que hayan servido para algo que no sea avisar, por su vistosidad desde muchos kilómetros a la distancia, a los delincuentes que ahí podrían ser detenidos. Hasta ahora, nadie conoce el caso de algún narcotraficante o miembro de las mafias delincuenciales que haya sido detenido en alguno de esos arcos de ‘seguridad’. Ahora, por lo menos son el asiento de un buen número de patrullas y de elementos policiacos para atender emergencias regionales.
Si los partidos fueran, como pidió el fundador del PAN, escuelas de política, no habría esas quejas de dirigentes sin idea de lo que es una emergencia nacional, una emergencia estatal que obliga a entrar en una etapa de austeridad. Sabrían que en esos casos, es obligación sobre todo de los partidos políticos, unirse a las autoridades para orientar a los ciudadanos sobre la forma de sobrevivir a la crisis y no pretender aprovechar los problemas surgidos de una emergencia global para pretender el desprestigio de quienes en ese momento gobiernan con fines electoreros. Grave error de doña Genoveva, de quien por cierto no escuchamos ninguna queja cuando gente de su partido, o supuestamente de su partido, gobernaba a la entidad.
TODO PARECE INDICAR QUE LA VISITA de López Obrador a los Estados Unidos, será exitosa. Hubo muchas porras a su favor y otras en contra, pero hasta ahí las cosas. Lo importante será conocer los acuerdos con el presidente más polémico y se dice que antimexicano, de todos los que han gobernado a ese país en los últimos decenios.
En lo personal, creo que todos los presidentes gringos han sido no sólo antimexicanos, sino antilatinoamericanos. Lo bueno es que ya no controlan, como lo hacían en los años cincuenta, a los gobiernos de nuestros países, o por lo menos ya les cuesta más trabajo.