En las relaciones internacionales ayuda mucho el que los gobernantes sostengan una relación amistosa, sobre todo tratándose de la más grande potencia económica y militar, que durante gran parte del siglo XX trataba a nuestros pueblos latinoamericanos como sirvientes, como colonias. Los años cincuenta fueron especialmente difíciles para Latinoamérica en su relación con los Estados Unidos, que imponía gobernantes, generalmente corruptos, autoritarios y totalmente sometidos a la voluntad de los gobiernos estadounidenses.
El surgimiento de la Revolución Cubana con Fidel Castro como cabeza de la rebelión, y su triunfo en 1959, fue el inicio de la liberación de la tutela gringa que ponía y quitaba gobernantes a su conveniencia. En el caso cubano, no pudo hacerlo porque Castro se unió a la potencia que disputaba a los Estados Unidos por el control del mundo, tanto en lo económico, como en lo militar, la Unión Soviética -hoy Rusia-, y eso impidió una intervención armada de los Estados Unidos contra Cuba.
Pero vino el embargo comercial, que se mantiene hasta ahora y que ha impedido un desarrollo equilibrado de la nación isleña, que tuvo que hacer muchos sacrificios para sostenerse después de la caída del comunismo.
Después los casos de Chile, con la caída y asesinato de Salvador Allende, mediante un golpe de Estado propiciado por los propios Estados Unidos; el caso de Nicaragua y ahora el de Venezuela, país que después de Chávez ha sido víctima de la represión económica, propiciando la salida de millones de venezolanos en busca de un lugar para vivir con dignidad, pues los gringos han embargado hasta su petróleo. Principal producto de exportación del país sudamericano, y el Banco de Inglaterra tiene embargado el oro depositado en sus arcas por Venezuela porque no reconoce al gobierno de Maduro, electo de acuerdo a la constitución de ese país, y sólo reconoce al gobierno espurio que los Estados Unidos no ha logrado imponer porque el ejército de Venezuela sigue fiel al presidente constitucional.
El presidente López Obrador logró evitar el cobro de aranceles a productos mexicanos, como había amenazado Trump, por el problema de los emigrantes centroamericanos, y sin entrar en pleitos, sin dimes y diretes, las cosas volvieron a la normalidad.
Durante la visita del gobernante mexicano a los Estados Unidos, se vio la simpatía que ambos gobernantes se profesan y eso ayudará mucho a mejorar las relaciones económicas entre nuestros países. Por lo pronto, no habrá regreso masivo de trabajadores mexicanos radicados al otro lado del río Bravo. La embajadora de nuestro país dijo que los trabajadores mexicanos son necesarios allá, sobre todo en el campo y en los servicios, que es donde ellos han encontrado sus nichos de actividad en forma mayoritaria, pero además, hubo buenos augurios para las inversiones estadounidenses en nuestro país, respetando nuestras leyes y con sueldos dignos para nuestros trabajadores.
Los opositores a la 4T y al Presidente hubieran querido un fracaso total, y para eso hicieron campañas abiertas y soterradas a fin de desorientar a la opinión pública, pero les falló. En vez de pleito, hubo entendimiento. Como dijo AMLO, fallaron los que le apostaban a un desencuentro entre ambos mandatarios. Por el contrario, hubo simpatía y buena disposición para ser buenos vecinos.
EL GOBERNADOR POBLANO, Miguel Barbosa Huerta, dijo ayer en su conferencia desde Casa Aguayo, que la aprobación por parte del Congreso del Estado de la reforma constitucional que elimina el fuero de los funcionarios públicos en todas sus categorías, constituye un gran paso a la democracia.
Si un funcionario público, sea diputado, senador o presidente municipal, gobernador o presidente de la República, comete un delito o abusa de su autoridad, puede ser juzgado y castigado de acuerdo con la ley.
También se refirió a la “Maldita Vecindad”, un edificio en el Centro Histórico de esta capital donde se realizó un operativo y se detuvo a ‘minitraficantes’ de drogas y a personas que ejercían la prostitución, dijo que este tipo de operativos continuarán en todos los lugares donde se cometan actos ilícitos y se castigará a los responsables.