Morena, como todos los partidos políticos nacionales, es un membrete más, con muchos seguidores de Andrés Manuel López Obrador, que parece ser el único líder real que hay en México, porque ni el PRI, ni el PAN y menos el PRD y los demás pequeños que se alquilan en época electoral para no perder su registro, con los que suponen, aunque ahora ya están a su nivel, los partidos fuertes de México.
El líder de los senadores “morenistas”, en un artículo editorial publicado la semana pasada en El Universal, debería ser leído por todos los que ¿dirigen? O militan en ese partido. Da muy buenas ideas para que Morena sea realmente el partido en el poder y no un membrete más sin siquiera tener una ideología precisa.
La educación política que debe ser una de las principales preocupaciones de las dirigencias de todos los partidos, como en 1939 lo planteó el fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, no lo es de ninguno.
En el PRI hubo intentos serios de formar cuadros bien adiestrados, bien preparados, pero esos intentos, que fueron varios, chocaban siempre con los dirigentes que sucedían a quienes hacían un esfuerzo para educar políticamente a sus huestes, generalmente por envidias tan frecuentes en esas agrupaciones. Pero se adoptó el sistema de padrinazgo, mediante el cual un político importante formaba un grupo de pupilos que eran colocados en puestos secundarios dentro del gobierno o del propio partido y poco a poco iban avanzando en el conocimiento y práctica de la política al estilo PRI, que no incluía la educación ideológica, cayendo en la corrupción, el amiguismo, el compadrazgo y el nepotismo.
Morena, por su situación actual, no tiene siquiera elementos para figurar con éxito como candidatos a diputados federales, diputados locales, presidentes municipales y en algunos estados, gobernadores. Si no aceleran el paso, les va a pasar como le pasó al inefable Vicente Fox, que en el primer trienio de su gobierno y teniendo mayoría en el Congreso, perdió 50 curules en la Cámara de Diputados y si no perdió la presidencia, fue por el apoyo que recibió de ex priístas como Elba Esther Gordillo, dirigente del magisterio nacional, que hicieron ganar a Calderón, por menos de un punto porcentual en su elección.
SALUD Y SEGURIDAD SON las prioridades del gobernador Miguel Barbosa Huerta. Es un reto muy complicado y difícil, dijo, pero vamos avanzando.
Reconoció que la pandemia del coronavirus, mantiene todavía a Puebla, en semáforo en rojo, pero en los últimos días se ha ido suavizando.
Cuando pasemos al naranja en el semáforo sanitario, expresó, empezaremos a reiniciar la actividad económica poco a poco, lo que se logrará con la disciplina y buena disposición que han demostrado los poblanos, que acatan las recomendaciones de las autoridades sanitarias. No hay, dijo, problemas de falta de capacidad en los hospitales. El estado se preparó para afrontar el problema con toda atingencia. Los hospitales y su infraestructura fueron preparados por el Gobierno estatal. Incluso no ha habido problemas por falta de ventiladores. Acabamos de recibir un buen número de esos aparatos del Gobierno federal, pero ya teníamos 35 usados que reparamos convenientemente. El Gobierno federal, ha enviado los medicamentos y lo demás, lo hemos puesto nosotros, señaló.
Por lo que respecta al renglón de seguridad, han sido detenidos por las fuerzas de seguridad del Estado y puestos a disposición de la Fiscalía, mil 200 delincuentes; se han anulado varias organizaciones del crimen organizado y se sigue trabajando para limpiar al estado de esta lacra. Mi prioridad es dar seguridad y salud a todos los poblanos.