Miercoles, 24 de Abril del 2024
Jueves, 26 Noviembre 2020 02:15

Democratizar a los partidos, pide el PT

Democratizar a los partidos, pide el PT Escrito Por :   Gabriel Sánchez Andraca

Tomás Tenocelo Rugerio, del Partido del Trabajo, señaló la necesidad de que todos los partidos políticos existentes se democraticen internamente para ganarse la confianza del pueblo, pues actualmente están tan desprestigiados que no serán capaces de recobrar la confianza de la ciudadanía. Dijo que su partido está contra la reelección de presidentes municipales y diputados, en general contra toda reelección, pues tenemos el ejemplo que no se olvida, pese a los cien años transcurridos, de Porfirio Díaz, y el caso de Carlos Salinas de Gortari que se estuvo reeligiendo en cada cambio de gobierno desde que el sistema neoliberal fue impuesto por él en México. Se erigió como el jefe nacional del neoliberalismo.


 

            Consideró que su partido está en posibilidad de lanzar candidato propio para la presidencia municipal de Puebla, pues ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD tienen autoridad moral para pedir el voto de la ciudadanía. Además, no cuentan con elementos para tener una candidatura fuerte. Ni ex diputados, ni ex senadores, ni ningún otro que ya haya ocupado cargos de elección popular a través de esos partidos tienen la autoridad moral para demandar el voto de los ciudadanos.

 

           Se debe dar oportunidad a ciudadanos limpios y bien intencionados y capaces, además, para que tomen en sus manos las riendas del gobierno municipal de esta capital.

 

            LE COMENTÁBAMOS AYER, de la falta de realismo de algunos políticos priistas, pero esa falta de realismo la comparten casi todos.

 

            El caso del licenciado Jorge Morales Alducín es explicable por su interés en conquistar la candidatura de su partido, el PRI, a la presidencia municipal de Puebla.

 

            Se trata de un político bien entrenado, es decir, tiene oficio: ha sido dirigente municipal del PRI en Puebla, ha sido un eficiente coordinador de varias campañas políticas, tiene una gran capacidad de diálogo, sabe moverse en ese mundo pantanoso de la política y sin embargo nunca se le ha dado la oportunidad de ocupar un cargo de elección popular que sabemos desempeñaría bastante bien, pues además tiene sensibilidad y generalmente es realista.

 

             Pero él necesita no confrontarse con quienes actualmente ocupan los cargos directivos de su partido porque se expondría a otra derrota interna, como ya ha sufrido varias. Sabe que ni la dirigencia estatal del PRI en Puebla ni la dirigencia municipal de esta capital han llegado democráticamente a ocupar esos cargos.

 

            Que pese al fuerte descalabro que sufrieron los priistas en las elecciones del 2018, no hay voluntad de cambio ni arriba, ni en medio. Quieren seguir el modelo autoritario en su interior, a pesar de que se le están yendo miles de militantes y simpatizantes a otros partidos o simplemente se le están retirando.

 

            Hasta ahora, ni nacional ni localmente se ha hablado de buscar la unidad entre los diferentes grupos o tribus priistas. A ningún alto dirigente nacional o estatal se le ha ocurrido preguntar a su militancia, que consideran qué requiere el Revolucionario Institucional para ser un partido creíble, bien organizado, democrático, sólido y bien estructurado. Piensan que recobrarán el poder como por arte de magia.

 

           En su primera derrota a manos del PAN, con Vicente Fox, debieron iniciar una reestructuración a fondo. No hicieron nada y él PAN, que ya había aprendido a hacer chanchuyos, les volvió a ganar con la complicidad de una de sus estrellas, la maestra Elba Esther Gordillo, que también ayudó al PAN a triunfar en Puebla en 2010.

 

            Recobró el poder en 2012, porque la gente estaba harta del panismo que había provocado la guerra contra el narcotráfico y que desde entonces se inició el hundimiento del país en la inseguridad y la violencia que hasta ahora padecemos.

 

             Pero el PAN no cambió nada en el país. Aprendió rápidamente los vicios priístas y los hizo crecer. Con el triunfo de Morena las cosas sí cambiaron. López Obrador dijo desde un principio que iba por un cambio de régimen y lo está cumpliendo, y ahora ni siquiera los panistas, como ya ocurrió en Nuevo León, quieren aliarse con el PRI, y a pesar de todo los grandes capitanes del priismo, siguen montados en su macho. Piensan que el pueblo se arrepentirá de haberlos marginado y que regresará arrepentido nuevamente a ponerse en su regazo. Urge que alguien les informe que o cambian o ya no tendrán chance de volver al poder.

 

             EL GOBERNADOR MIGUEL BARBOSA acaba de anunciar una inversión de 3 mil 350 millones de pesos del presupuesto estatal de este año para llevar a cabo un programa de obras en las 32 regiones en que ha dividido el estado, con el fin de impulsar el desarrollo de municipios del interior de la entidad como reconstrucción de caminos, obras de agua potable, de construcción de escuelas, de pavimentación o arreglo de calles en pequeñas y medianas poblaciones, construcción de mercados, en fin, obras que beneficien a los pueblos, que permitan su desarrollo y el mejoramiento de los ingresos de muchas familias necesitadas. La inversión será con dinero correspondiente al ejercicio fiscal del 2020 y las obras deberán estar terminadas en el mes de marzo próximo. La mayor parte de la inversión será con recursos estatales y el 26 por ciento, con apoyo de la Federación.

 

         En el sexenio panista, hay que decirlo, se abandonó totalmente a los municipios poblanos a excepción de la capital y de los diez municipios declarados “pueblos mágicos”. Como dijo el doctor Enrique Doger Guerrero a un grupo de simpatizantes del sur del estado que se quejaban del total abandono en que se les tenía: “El gobierno estatal ha invertido más del 75 por ciento en la capital, en esta zona donde estamos principalmente (estaban en un café de Angelópolis) y ha abandonado a todo lo demás. Ha abandonado los caminos, que están destrozados y no hay ninguna obra importante en el resto del Estado”. Por eso se decía que el gobernador Moreno Valle Rosas era el mejor presidente municipal de Puebla capital.

 

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