Jueves, 28 de Marzo del 2024
Martes, 19 Mayo 2020 02:11

No hay cura vs la enfermedad llamada Claudia Pandemia

No hay cura vs la enfermedad llamada Claudia Pandemia Escrito Por :   Arturo Rueda

No se entiende su enojo. Si era por quedar como inepta una vez más, o porque otra vez se le había agarrado con las manos en la masa de una nueva transa. O porque no pudo chamaquear al gobernador


 

El Ayuntamiento de Puebla no tiene cura porque la enfermedad de ese gobierno es la presidenta municipal. Si el primer año de Claudia Pandemia estuvo marcado por la ineptitud, en el segundo se ha bañado en corrupción.

 

No hay semana en la que a Claudia Pandemia no le estalle un caso de corrupción en las manos. Desde la bolardiza de Alejandra Rubio Acle, la protección a bandas criminales desde la Policía municipal de Lourdes Rosales, el sobrecosto en las despensas y los kits médicos.

 

Pero lo ocurrido ayer con la entrega de ventiladores mecánicos usados, oxidados, sin garantía sanitaria, es verdaderamente bochornoso. Ni robar sabe. Le caen en todas.

 

Dice Leobardo Rodríguez, secretario de Administración, que el Ayuntamiento firmó un contrato de buena fe con el proveedor Fulle Hen SA de CV y que ellos también fueron sorprendidos con la entrega de aparatos usados, reconstruidos, con daños evidentes y sin garantía de sanitización. Que afortunadamente no han pagado un peso y se aplicarán las fianzas.

 

Todo ocurrió en el Hospital de Traumatología. La presidenta municipal ya estaba ahí para tomarse la foto de la donación, así como una subsecretaria de Salud.

 

Apenas había bajado cuatro ventiladores, pero como a primera vista se veían chafísimas, desistieron y en ese momento Salud dijo que no firmarían el acta de entrega de conformidad.

 

Claudia Pandemia se cegó de furia, pero ella cometió el error por no verificar la calidad de lo que iba a entregar. Se hizo de palabras con la subsecretaria y dijo que ella nunca se había comprometido a entregar ventiladores nuevos.

 

Disculpó, avaló, la entrega de esas baratijas en una discusión absurda. Casi desgreña a la subsecretaria que recibió desde Casa Aguayo la orden de no recibir nada.

 

 

Se fue hecha una furia y reunió a su equipo para lanzarse contra el gobernador Barbosa. Quería salir a medios, grabar un video, tirarse al piso. Casi casi le tuvieron que disparar un dardo tranquilizador.

 

No se entiende su enojo. Si era por quedar como inepta una vez más, o porque otra vez se le había agarrado con las manos en la masa de una nueva transa. O porque no pudo chamaquear al gobernador.

 

De por sí el mercado de los respiradores es muy complicado en este momento, pero el costo pactado por el Ayuntamiento con Fulle Hen SA de CV era 24% mayor que los aparatos que compró la delegación Puebla del IMSS recientemente.

 

El ayuntamiento pactó, con todo e IVA, casi un millón 300 mil por cada respirador.

 

Pero un aparato reconstruido, usado, digno del pepenador de “fierro viejo que vendan”, evidentemente es mucho más barato.

 

¿En verdad de trata de un fallo del proveedor que se quiso pasar de lanza, o fue un nuevo acto de corrupción de Claudia Pandemia?

 

Diría mi abuelita: crea fama y échate a dormir.

 

La fama de corrupta ya le pesa a la presidenta municipal que desató la voracidad entre los propios y los extraños. Si ella y Andrés García Viveros se la viven haciendo negocios, ¿por qué los demás no?

 

Ahí está el caso de la bolardiza de Rubio Acle: no volverá a la secretaria de Movilidad porque la Contraloría comprobó todas las irregularidades en el proyecto de la bolardiza. Se compraron a empresas que no se dedicaban a eso, no hubo tabuladores y, sobre todo, nunca se entregó el proyecto que comprobara que se colocaron en los cruceros más conflictivos.

 

Rubio Acle se fue por la puerta de atrás, defenestrada, señalada como corrupta.

 

Luego, el caso de Lourdes Rosales: otro mundo de corrupción que se refleja en un solo botón. ¿Por qué fue Raciel y la SSP los que detuvieron a la banda de La Bolita que azota el Centro Histórico, y no la Policía municipal? ¿Nunca los vieron, semana a semana o mes tras mes? ¿O recibían pagos de protección?

 

Con Puebla colocada como la ciudad con mayor percepción de inseguridad, en pleno enfrentamiento con el gobernador Barbosa, los casos de corrupción desatados, Claudia Pandemia sacó a Rafa Quiroz de Comunicación Social para colocar ahí a Magaly Herrera. Es su cuarto director de comunicación en apenas año y medio.

 

Magaly Herrera no es la cura para la enfermedad llamada Claudia Pandemia. No lo es porque hace tiempo que la prioridad de la presidenta no es la política, sino los negocios con el erario.

 

Ella solita se bañó en corrupción. Creó fama y se echó a dormir.

 

 

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