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Viernes, 31 Julio 2020 03:01

El voto de castigo que se avecina en 2021

El voto de castigo que se avecina en 2021 Escrito Por :   Arturo Rueda

El tsunami de 2018 con sus 30 millones de votos se volverá en contra para que el agua retome su nivel. Entre la devastación económica y el conteo de muertes por miles -para 2021 quizá ya sean cientos de miles-, el proyecto de AMLO será puesto contra la pared. Es inevitable


 

La devastación económica de 1995 tras el “error de diciembre” aceleró la transición democrática. Miles de mexicanos perdieron su patrimonio, sus empleos, sus empresas.

Ese año la economía cayó seis por ciento, pero el voto de castigo contra el PRI duró todo el sexenio. Primero perdieron la mayoría en San Lázaro, la jefatura del DF y finalmente la presidencia en el 2000.

Otra devastación ocurrió en 2009, entre la crisis mundial detonada por la quiebra de Lehman Brothers y el virus H1N1. Ese año la economía cayó cinco por ciento, el PAN no pudo ganar la mayoría en la Cámara de Diputados, y también abrió la puerta al regreso del PRI de Peña Nieto en 2012.

Las próximas elecciones de 2021, con una caída de la economía peor que la de 1995 y la de 2009, se darán en un contexto de altísima hostilidad contra el partido en el poder, Morena. Habrá un gran voto de castigo.

El tsunami de 2018 con sus 30 millones de votos se volverá en contra para que el agua retome su nivel. Entre la devastación económica y el conteo de muertes por miles -para 2021 quizá ya sean cientos de miles-, el proyecto de AMLO será puesto contra la pared. Es inevitable.

Como le pasó al PRI en 1995, el voto de castigo se expresará en las zonas metropolitanas donde se desatará la pobreza y delincuencia.

La pandemia sanitaria y sus miles de muertos son una tragedia, pero las consecuencias de la devastación económica apenas arrancan. El circo de Lozoya y el avión presidencial le dieron a López Obrador unas horas de respiro, pero la realidad volvió a la carga de inmediato.

El INEGI anunció ayer el desplome de 19 por ciento en el segundo trimestre y AMLO señaló “es un dato que ya esperábamos”. ¿Y? ¿Por qué no hizo nada?

Ya se han perdido miles de empleos que no se van a recuperar ni en el corto, ni el mediano plazo. Miles de micro, pequeñas y medianas empresas ya cerraron y no volverán a abrir.

Las expectativas de recuperación rápida no existen. Y al mismo tiempo, los muertos se siguen apilando con el riesgo de volver a una cuarentena en diciembre.

No, lo peor no ha pasado todavía. El deterioro sanitario y la devastación económica tendrán otra variable: el incremento de una delincuencia sin control. En 1995 y 1996 se destapó la industria del secuestro. ¿Será igual en 2020 y 2021? Así lo imagino.

Nada condenará más a AMLO, a Morena y a la 4T, que todo lo dicho por el presidente y su vocero Gatell a lo largo de la pandemia. Sus palabras, todas, quedaron en video. El pez muere por su propia boca.

La oposición a la 4T la tiene fácil, pues sólo es cuestión de sentarse a esperar, empezando porque ni siquiera Morena es una unidad política en el poder. En muchos sentidos, son peores que el PRD y todavía no se sabe cómo, ni quién va a procesar las candidaturas.

¿Quien desee ser candidato por Morena, quien quiera reelegirse, qué puerta tiene que ir a tocar?

La de López Obrador parece que no, porque se niega a reeditar la presidencia imperial, el supremo dedazo.

¿La puerta de Bertha Luján, la de Gabriel García y la de los radicales de Morena?

¿La de Ricardo Monreal que quiere seguir poniendo piezas para el 2024?

¿La de Marcelo Ebrard, la de Claudia Sheinbaum, la del gobernador de cada estado?

¿La de Ramírez Cuéllar, presidente interino que desea quedarse?

En Puebla todavía no se vislumbra si habrá un mínimo de racionalidad política, es decir, si Morena acudirá al jefe político en la entidad, el gobernador Barbosa, para definir el criterio de candidatos de los principales municipios y del Congreso local.

En pocas palabras: ¿quién ganará las elecciones para Morena en estos tiempos hostiles?

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