La revelación del gobernador Luis Miguel Barbosa en su mañanera acabó de cimbrar lo que ya había cimbrado la presentación del Paquete Económico 2021, que le rasura a Puebla 5 % de los recursos asignados en 2020, por lo que la caída real de ingresos federales será del 9 % si no ocurre nada anormal.

 

Esa revelación es que Puebla también pierde 3 mil millones de pesos de lo que era el Seguro Popular, ahora Insabi, que era dinero con el que se paga la nómina del sector salud.

 

Y que, además, con las nuevas reglas, el gobierno estatal no puede comprar medicamentos por sí mismo, pues éstos llegarán con las compras consolidadas de la Federación, que nadie sabe cuándo se harán, ni cuándo llegarán.

 

El gobernador debe hacer esfuerzos para no estallar en contra de AMLO, contra la Federación, pero en su tono se evidencia el enojo extremo que comparten todos los mandatarios locales. Diez de ellos ya lo veían venir y mejor se fueron de la Conago.

 

Barbosa también afirmó que la respuesta natural ante los recortes será adelgazar el aparato de gobierno, esto es, eliminar áreas y plazas. En palabras simples, se vienen los despidos de personal burocrático.

 

Como lo anticipamos hace un mes, llegó la época de las vacas flacas para todo México. O casi.

 

Porque en el Paquete Económico 2021 pierden todos -estados, ayuntamientos, ramos autónomos- menos AMLO y sus proyectos sexenales estrella.

 

Para todos hay menos dinero, excepto para el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto de Santa Lucía. También hay más dinero para sus becas, sus subsidios y sus Ninis. Todos los demás perdemos.

 

Hay otros ganadores: los militares, con los que cogobierna sin que nadie haya votado por ellos, resultado del poder extremo que les dio. Hacen de todo, especialmente se volvieron constructores que no licitan, sino que todo lo hacen en la opacidad, con el pretexto de la seguridad nacional.

 

Como el Presupuesto de Egresos es el principal instrumento de política pública de un gobierno, nadie está de acuerdo ni satisfecho. Hasta los aliados crujen, pues el tamaño de la cobija no cubre ni las rodillas.

 

La rebelión es creciente y puede empezar a apostar que aprobar el PEF será una tarea imposible en San Lázaro. El dedo divino todo lo puede, pero no puede contra las ambiciones personales de sus diputados. La granja se le va a rebelar a López Obrador.

 

El diputado federal por el distrito 11 de Puebla, Saúl Huerta, fue el primero en hacerlo. Como integrante de la comisión de Hacienda, ya impugnó el Paquete Económico.

 

¿Es un suicida? ¿Va a ir en contra de la línea presidencial?

 

Hará lo necesario porque seguramente quiere reelegirse. ¿Cómo van a volver a pedir el voto si no defendieron los intereses de los poblanos?

 

¿Cómo? Si dejaron pasar los agravios presupuestales de AMLO hacia Puebla.

 

Porque, al final, no sólo se trata del recorte nominal de 5 %, real del 9 %, además de los 3 mil millones del sector salud y la prohibición de comprar medicamentos y equipo.

 

Lo peor es que no hay una sola obra del Gobierno federal en Puebla. El tramo del Periférico se quedó sin recursos, así como la reconstrucción de San Alejandro.

 

Ahora sí que ni un pinche peso mandó AMLO a Puebla.

 

¿Es castigo? ¿Contra quién? ¿En qué agraviamos al presidente? ¿De qué se trata?

 

Con el país a punto de estallar, el Paquete Económico 2021 es la chispa adecuada para que truene el sistema político y la Federación sufra un cisma.

 

Las tragedias de la pandemia en marcha, seguro, se van a agravar.