Como si fueran larines, y sin ninguna facultad legal, Karina Pérez Popoca ha repartido cientos de condonaciones fiscales a empresarios, simpatizantes y familiares, causando daño patrimonial al erario de San Andrés Cholula. Un daño que puede ser de cientos de millones de pesos.

 

La alcaldía pierde dinero, pero la presidenta municipal no, pues por testimonio de varios empresarios, el arreglo económico se hace por fuera: un parte de lo condonado va a los bolsillos de Karina Pérez Popoca. Moches, se les llama en mi pueblo.

 

Para evitar dejar huellas, la presidenta municipal se ha dedicado a realizar condonaciones menores en los últimos meses de apenas dos o cinco mil pesos, que son iguales de ilegales porque no están contemplados en la Ley de Ingresos ni autorizados por el Cabildo, pero su objetivo es tapar las condonaciones mayores de las que se ha beneficiado a empresarios inmobiliarios que al principio de la administración tuvieron cerradas las puertas.

 

Ayer y hoy, CAMBIO ha documentado con oficios firmados de puño y letra de la presidenta municipal.

 

¿Qué pasó?

 

Que conforme transcurrieron los meses, el dinero de estos empresarios ablandó el corazón de Karina… y sus bolsillos.

 

Sabe que tiene muy difícil volver a ganar el próximo año, por lo que transformó todo su trienio en el año de Hidalgo… conejo el que deje algo.

 

La evidencia del baño de corruptelas de Karina comienza descubrirse, tal como desde la semana se evidenció cómo la presidenta se entregó a sí misma un sistema de videovigilancia por más de 42 millones de pesos por adjudicación directa.

 

Condonaciones fiscales ilegales, el contrato millonario por adjudicación directa, son apenas puntas del iceberg de corrupción que se avecina, pues en las proyecciones presupuestales que mes a mes se presenta a los regidores se omiten conceptos como el arrastre de grúas e infracciones digitales.

 

¿A dónde va ese dinero?

 

Sólo ella y sus operadores lo saben, pero no sería raro que siguiendo el ejemplo de su compañera, también armen su cochinito de campaña.

 

No deja de ser una desgracia que tanta corrupción se haya instalado en San Andrés Cholula, el segundo municipio en importancia económica del estado, que alcanza casi 900 millones de pesos entre participaciones y recaudación propia del predial.

 

La presidenta municipal dice que no actúa de mala fe, sino que es un funcionaria con valores. En el inicio se encuentra una profunda ignorancia de cualquier procedimiento jurídico. Todas sus condonaciones fiscales ilegales citan un único fundamento legal: “por mi facultad como Presidenta Municipal”.

 

¿Cuál es esa “facultad como Presidenta Municipal” que le permite hacer esas condonaciones arbitrarias, sin autorización del Cabildo y en abierta violación a la Constitución General?

 

Por supuesto que no existe. Ella hace negocio, recibe moches y punto.

 

Ante tanta evidencia, su único escudo es un ejercicio permanente de barbeo al gobernador Barbosa que, por el momento, le funciona. Al Ejecutivo le cae simpática y de momento prefiere voltear ante la acumulación de corruptelas.

 

Pero con el tiempo, Karina será una carga insostenible y prueba plena de que la corrupción de las alcaldesas de Morena se mide con varas diferentes. Unas son apapachadas y otras exhibidas en la Comisión Inspectora.

 

Por cierto, al terminar su Segundo Informe, hizo referencia a este tunde teclas en las que, una vez más, exhibe su ignorancia.

 

Si Morena pierde todo en la zona de las Cholulas en 2021, que se lo agradezcan a Karina, que se irá a casa bien forrada.