Viernes, 29 de Marzo del 2024
Martes, 08 Diciembre 2020 02:32

El que apuesta por necesidad, pierde por obligación

El que apuesta por necesidad, pierde por obligación Escrito Por :   Arturo Rueda

El PAN tiene imagen de corrupto, pero no de taaaaaan corrupto como el PRI. En ese sentido, en vez de compartir fortalezas, puede ser que se acaben sumando sus peores defectos. El albiazul sabe que el tricolor es el partido más rechazado, y por eso se reserva jugar solo en los cuatro distritos de Puebla capital. No quiere bañarse en el desprestigio del PRI, pero de todos modos saldrá desprestigiado.


Lo escribió a tiempo el sabio Juan Gabriel: te pareces tanto a mí, que no puedes engañarme. La alianza PRIANRD es un error histórico producto de la desesperación de los Amos de México para frenar el proyecto alternativo de nación de la 4T.

 

Una medida histórica resultado de la necesidad. Y como dicen las ballenas apostadoras de Las Vegas: el que apuesta por necesidad, pierde por obligación. Si el PRIANRD no gana en 2021, el bloque que acompaña a Andrés Manuel López Obrador gobernará México por los siguientes veinte años.

 

 

Son pocos los que se asustan, pues hace tiempo que PRI y PAN se parecen tanto que se perdieron el asco desde hace por lo menos dos décadas que comenzó la moda de las megacoaliciones, aunque antes de ellas existieron las concertaciones de Salinas de Gortari a través del Jefe Diego.

 

Un solo proyecto de nación con dos rostros. Un bicéfalo. La facción disidente de esa díada neoliberal, el PRD, comenzó a acercarse a ellos hasta que se volvió igual.

 

¿Al día de hoy alguien puede encontrar diferencias ideológicas, de prácticas o de principios entre ellos? Claro que no.

 

El PRD poblano -acostumbrado a ser la colita morenovallista- no tiene muchas objeciones en volverse a unir al PAN como ya lo hizo en 2010 y 2018. Se encuentra desfondado porque lo que valía la pena se fue a Morena, y a punto de perder el registro. Se encuentra en estado de desesperación.

 

El PRI poblano va rumbo de convertirse a “partidito” después de haber sido partidazo.

 

Desde que Zavala perdió Casa Puebla en 2010, sufren de una lenta depredación. El marinismo se comió una parte importante entre mi góber precioso y la corrupción rampante. Luego Moreno Valle los siguió depredando pues había salido de ahí, conocía a todos los liderazgos y operadores. Se llevó a lo mejorcito, a veces los compró y dejó dentro, otras veces los mandó a sus minipartidos.

 

Peña Nieto fue un sueño breve de recuperación. El Nuevo PRI fue peor que el viejo PRI. Con el lodazal de corrupción a cuestas, el tricolor poblano pasó del segundo lugar en 2010 y 2016 al tercero en 2018, y a quedarse sin ninguna senaduría.

 

Morena se llevó a cuadros que habían sido alimentados por el PRI como Nancy de la Sierra y Alejandro Armenta. Ambos trabajaron en el Gobierno federal y mordieron la mano que les dio de comer conforme a su traicionera actitud.

 

La supervivencia del tricolor, calcula la dirigencia nacional de Alito Moreno, vendrá de victorias municipales con candidatos sin ningún vínculo al marinismo, pues el góber precioso sigue siendo un cáncer ante la sociedad que no olvida. Hay que volver a empezar desde abajo, y si es necesario, con los votos del PAN.

 

El riesgo de esa estrategia es que el PRI ya no crezca, se quede en partidito bonsái, sin la fuerza para recuperar la gubernatura o la Presidencia algún día. Un partidito regional.

 

El PAN sigue teniendo una base sólida pero reducida. Ya no pueden competir solos, necesitan vejigas para nadar, y ya se vio que la coalición con PRD-MC no es suficiente, como se demostró en 2018.

 

Sufren, además, orfandad de sus liderazgos, comenzando por sus ex presidentes Fox y Calderón, ambos extraviados. Canallín se perdió después de su derrota en 2018 y su mejor futuro, Rafael Moreno Valle, se murió en un helicopterazo que nunca se aclaró.

 

El PAN tiene imagen de corrupto, pero no de taaaaaan corrupto como el PRI. En ese sentido, en vez de compartir fortalezas, puede ser que se acaben sumando sus peores defectos.

 

 

El albiazul sabe que el tricolor es el partido más rechazado, y por eso se reserva jugar solo en los cuatro distritos de Puebla capital. No quiere bañarse en el desprestigio del PRI, pero de todos modos saldrá desprestigiado.

 

El PRI suma los votos del PAN para terminar de fortalecerse en la mixteca y la Sierra Norte.

 

El PRD sólo juega a sobrevivir y mantener su registro. Es decir, seguir siendo la colita.

 

Lo dicho: es la misión suicida.

 

Una orgía que hace unos años tenía cierto atractivo, pero ahora son estrellas venidas a menos.

 

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