¿Se puede hacer campaña electoral y al mismo tiempo gobernar? Es la definición que deberá tomar el Consejo General del IEE en próximos días al emitir los lineamientos para la reelección de los presidentes municipales. El INE, por su parte, ha determinado que sí se puede hacer campaña y legislar al avalar que diputados federales no deben solicitar licencia para buscar la reelección.
En Estados Unidos es un tema superado, pues ahí nadie solicita licencia al cargo para buscar sus reelecciones, que sólo tienen limitación a un periodo tratándose de Presidente. Se trata, sin embargo, de otra cultura política, pues desde el Watergate a nadie se le ocurre hacer mafiosadas para conseguir el más alto cargo.
En el caso de la reelección de diputados federales, quienes se autoregularon para no pedir licencia ante la laguna legal, el INE les dio la razón porque la Cámara de Diputados deja de existir si 25 % de sus integrantes -125 curules- se ausentan de sus funciones, de acuerdo a la Ley Orgánica del Congreso. No hay remedio.
Así que los Saúl Huerta, Nay Salvatori y compañía, muy orondos, saldrán a las calles con sus sueldos y cargos a pedir el voto nuevamente.
Pero en el caso de los ediles es totalmente diferente porque ellos sí disponen de recursos públicos, a diferencia de los diputados federales.
Además, los alcaldes todos los días tienen que tomar decisiones ejecutivas en materias como servicios públicos, seguridad, infraestructura. Y disponen de recursos públicos, humanos y materiales. Dejarlos en el cargo para que salgan a buscar el voto otra vez no sólo puede provocar inequidad, sino un gobierno peor del que ya ejercen.
Es importante recordar, además, que se trata de la primera vez en que operará la reforma constitucional que hizo graves los delitos electorales, es decir, impone prisión preventiva oficiosa, de tal forma que un edil que utilice recursos económicos, materiales o humanos del ayuntamiento que gobierna, se va a ir a dormir a la cárcel una buena temporada.
La otra opción es que los ediles tengan que pedir licencia 90 días antes de la elección cumpliendo la normativa constitucional y generen toneladas de problemas de ingobernabilidad. Disputas interminables acerca de quién debe suplir en el cargo.
Por ejemplo: Claudia Rivera Vivanco ha arrancado un camino peligroso al designar como edil sustituto –cuando ella se vaya a buscar la reelección– a su operador negocios Andrés García Viveros. El Coordinador de Proyectos del Ayuntamiento hace dos días salió de la penumbra en la que viven los funcionarios oscuros que manejan dinero ilícito abriendo cuentas en redes sociales para darse a conocer a la opinión pública.
¿Cuál es el objetivo de que Andrés García Viveros deje atrás el bajo perfil que le exigía la naturaleza de sus funciones –coordinador de corrupción– para “darse a conocer a la sociedad”?
Una opción es que busque ser candidato a algo. Pero de acuerdo con fuentes bien informadas, Claudia quiere que Andrés García Viveros ocupe su silla esos tres meses en detrimento de Argelia Arriaga, la edil suplente conforme a la planilla votada en 2018.
Por supuesto que Argelia Arriaga, la suplente, no se va a dejar. A nadie le caen mal tres meses de alcalde. Tampoco los regidores panistas, ni los del G5: pero es probable que a esa altura el cabildo ya haya desaparecido, pues todos van a querer buscar la reelección a la que tienen derecho.
¿Quién va a impugnar que Andrés García Viveros se quede como alcalde suplente de Claudia Rivera Vivanco? ¿Cuánto tiempo van a tardar en reaccionar los tribunales electorales para darle la razón a Argelia Arriaga o a los regidores que se queden a cerrar la puerta?
En resumidas cuentas, el Consejo General del IEE tiene dos caminos: permitir que los ediles gobiernen y hagan campaña al mismo tiempo, o exigirles la licencia 90 días antes, lo que abre espacios de ingobernabilidad al tratar de imponer a sus ediles suplentes, como en el caso de Claudia y Andrés García Viveros, el único funcionario que le garantiza el flujo de efectivo para ganar la reelección.
Así se las gastan.