El Hospital Universitario, con 65 mil derechohabientes emanados de la máxima casa de estudios, se encuentra rebasado y al borde del colapso.
La Secretaría de Salud estatal (SSA), a cargo de Jorge Humberto Uribe, ya advirtió al rector Alfonso Esparza que ahí se gesta una tragedia de importantes dimensiones después de realizar una visita al nosocomio y la Torre de Especialidades la semana pasada.
En el Hospital Universitario no hay capacidad para atender a enfermos de COVID-19. No porque doctores, enfermeras y directivos no quieran hacerlo o no tengan los conocimientos para hacerlo.
El Hospital Universitario está colapsado por un problema de infraestructura en la Torre de Especialidades que costó 481 millones de pesos y fue inaugurada el 3 de marzo de 2016 como parte del plan de obras del primer rectorado de Alfonso Esparza.
En la inauguración estuvo Moreno Valle porque aportó 140 millones desde el gobierno estatal.
Error o negligencia, la empresa constructora dejó a la Torre de Especialidades sin la capacidad volumétrica de oxígeno para respiradores artificiales.
Los que hay no pueden ser conectados ni funcionan para atender a los derechohabientes con síntomas graves de coronavirus.
Ya se sabe que esta guerra contra el COVID-19 que se libra en los hospitales: los soldados son doctores, urgenciólogos, neumólogos y enfermeras, pero las armas son los respiradores artificiales.
Y en el HU no funciona ni uno y tampoco van a funcionar. Es un error de la constructora, aunque en la BUAP no está disponible el nombre de la empresa que cometió tamaña negligencia en la construcción. En sus casi 10 mil metros cuadrados de construcción no hay presión de oxígeno.
Esta es la razón de que en el Hospital Universitario se diera la primera defunción en Puebla de un enfermo de coronavirus. Recordamos el caso: el camillero del Hospital Ángeles Don Dani, que falleció apenas tres días después de ingresado.
Muy simple: no le pudieron poner respirador artificial.
De hecho, en el nosocomio universitario ya llevan ocho muertos por coronavirus.
El Hospital de Cholula, que atiende toda la zona metropolitana, reporta sólo tres más.
Así de grave está la situación.
Especialistas y doctores denunciaron este hecho que pone en riesgo sus vidas a la SSA.
El secretario Uribe y su subsecretario acordaron con el director del HU una visita, quien les dio todas las facilidades, y juntos confirmaron la semana pasada que en ese nosocomio se gesta una tragedia. Morirán muchos, y se contagiarán decenas.
¿De qué sirve contratar casi 130 doctores, especialistas, enfermeras, urgenciólogos, camilleros?
En la urgencia, el gobernador Barbosa a través del titular de SSA propuso un acuerdo al rector Alfonso Esparza: la firma de un convenio para que el Hospital de Cholula asumiera la atención de todos los enfermos de COVID-19 del HU, a cambio de que el nosocomio universitario se convirtiera en hospital de primer y segundo piso para los derechohabientes del sistema estatal y el INSABI.
Es decir, se hiciera cargo de partos, apendicitis, y otras cirugías sin mayor complicación.
No se sabe por qué, pero el rector Esparza primero dijo que necesitaba la aprobación de la Abogada General, y luego, del Consejo Universitario para la firma de ese convenio. Quizá crea que hay una trampa, cuando se trata de salvar vidas.
Por supuesto, no hay forma de reunir al Consejo Universitario en la pandemia.
Se buscó otra opción: que el IMSS asumiera a la derechohabiencia universitaria. La delegada se negó, pues de todos modos el Hospital Universitario subroga pacientes y estudios ahí.
Total, o el Consejo Universitario se reúne, o Esparza firma el convenio para salvar vidas de universitarios, o ahí habrá una tragedia monumental.
Conste que se avisó a tiempo.