Adán Albarrán, el primer reo contagiado de SARS-CoV-2 en el centro penitenciario del municipio de Huejotzingo, falleció durante la noche del pasado viernes 5 de junio a consecuencia del COVID-19; reclusos se quejan de que los obligaron a realizarse la prueba.

Aunque se desconoce cómo se contagió, sus familiares aseguraron que se trató de una negligencia de las autoridades, pues el 18 de mayo fue trasladado al Hospital General del Sur por un cuadro de cirrosis, sin embargo, previamente había sido internado por síntomas de coronavirus.

De acuerdo con reportes extraoficiales, fue durante la noche de este viernes cuando Adán N perdió la vida a consecuencia de COVID-19, tras haber permanecido internado por más de dos semanas.

Adán N se encontraba en prisión desde hace cuatro años, tras haber sido detenido por el robo de un automóvil.

Luego del primer caso de contagio y muerte por COVID-19 en el Cereso de Huejotzingo, las autoridades decidieron aplicar la prueba para detectar la nueva cepa del coronavirus en toda la población penitenciaria.

Fuentes señalan que las autoridades penitenciarias advirtieron que el reo que se niegue perderá el derecho a un cajón, donde guardan algunas de sus pertenecías; cabe señalar que no todos los reclusos están de acuerdo con la medida sanitaria, a pesar de la importancia de realizarse la prueba.