Lo que pensaban que pasaría desapercibido quedo al descubierto cuando las lluvias dejaron a la intemperie el féretro de una mujer que no fue identificada pero que murió de covid-19 y que fue enterrada en el panteón de la comunidad de San Nicolás Tolentino, provocando la inconformidad y sobre todo la preocupación de los vecinos.

Hace unos días el Gobierno de Izúcar de Matamoros, a través de su presidente interino Benjamín Hernández Lima, dio la orden a la inspectora de San Nicolás Tolentino, Rubicel Herrera Medina, que se enterrara por la noche a una mujer que había muerto por covid-19 en el panteón de su comunidad, con mucho pesar el panteonero lo hizo, además de que no contaba con el equipo necesario, pero las lluvias lo dejaron al descubierto y las personas se percataron de estos hechos.

Tras los hechos, los vecinos comenzaron a preocuparse y a pedir información con la inspectora y tras la presión tuvo que informar que fue una orden del edil. Así mismo el ayuntamiento en un comunicado recalcó que efectivamente la mujer enterrada si tenía Covid. Que había muerto en el hospital de Izúcar de Matamoros y que no sabían quién era, que estaba en calidad de desconocida desde que entró al Hospital y después tras su muerte no sabían a donde enterrarla.

Luis Adán Marín Negrete, director de Gobernación del municipio de Izúcar de Matamoros, Detalló que con los pobladores se tuvo el acuerdo de exhumar el cadáver del panteón, con las medidas preventivas necesarias, para el manejo de cadáveres de Covid-19.