Viernes, 29 de Marzo del 2024

2020, el año del COVID que cambió la historia

Lunes, 28 Diciembre 2020 07:03
2020, el año del COVID que cambió la historia

Desde que el coronavirus llegó a Puebla en el mes de marzo, muchas cosas han cambiado: el uso de cubrebocas se volvió indispensable para la gente que sale de sus casas, la cancelación de eventos masivos, clases online, además de las miles de pérdidas humanas que resultan irreparables

Iván Reyes

@_ivan_reyes



El 2020 será marcado por el cambio de la historia en el mundo por el COVID-19. En Puebla también impactó la cepa que hizo cimbrar la economía en el estado, revolucionó la convivencia social y acabó con las clases presenciales al convertirlas en online.


En resumidas cuentas, Puebla termina el año con 40 mil desempleados, el cierre de mil 200 negocios, locales y empresas, más de 5 mil 700 familias lloraron la pérdida de un familiar, más de 47 mil poblanos se contagiaron del ‘bicho’, el cubrebocas se volvió un accesorio indispensable.


El Gobierno del Estado invirtió en 9 meses 2 mil 700 millones de pesos en reconvertir hospitales e insumos para la lucha contra el coronavirus. Emitieron 27 decretos para mitigar el contagio como prohibir los conciertos, sonideros, reuniones masivas y hasta el Hoy No Circula. Más de 1 millón de alumnos salieron de sus aulas para irse a tomar clases.


Pese a esto, lo peor está por venir, la temporada invernal, las fiestas navideñas y el hartazgo por el encierro están por dictar el destino de la contingencia.


 


El 9 de marzo del 2020 será una fecha que ningún poblano olvidará, pues ese día el coronavirus llegó a la entidad importado desde Italia; un ejecutivo argentino-alemán llegó a la armadora de Volkswagen para un curso de capacitación, su estado de salud activó las alarmas de la industria automotriz.


Nadie podría imaginar que 285 días después la pandemia acumularía casi 47 mil casos de COVID, con 5 mil 700 muertos por esta enfermedad, y aún faltan los meses en los que la vacuna llegue a la entidad, el posible colapso hospitalario que advierte la Secretaría de Salud y los casi 7 mil muertos de las proyecciones métricas.


 


Una de las marcas que deja el COVID este año es el confinamiento; como de película, la llegada de la pandemia provocó un confinamiento de la ciudadanía, la pausa de los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, comercios tuvieron que cerrar; el miedo por la pandemia dejó las calles vacías, los negocios sin gente, las escuelas sin alumnos; todo bajo el lema “quédate en casa”.


El home office tuvo que ser adoptado por trabajos que no figuraran como indispensables, llegó el cierre de toda actividad social, la convivencia social se redujo a una pantalla y una cámara de videochat.


 


La pandemia a lo largo de su expansión provocó que Volkswagen cerrara actividades, cosa que no había sucedido en sus más de 50 años en Puebla, del mismo modo Audi, el sector constructor, de la transformación, textil y toda forma empresarial, dejando solo vivo al de alimentos; el saldo parcial reportado fue de más de mil empresas que tuvieron que ‘bajar la cortina’.


Los sectores económicos menores fueron de los más afectados, más de 3 mil negocios y comercios cerraron, un total de 40 mil empleos se perdieron, mismos que se podrían reinstalar dentro de un año; en términos económicos de acuerdo con la grandes empresas analistas de la situación financiera como Citibanamex han pronosticado que el PIB en Puebla caerá más de 13 por ciento, siendo la cuarta entidad más castigada del país.


 


Con la llegada de la pandemia, autoridades dictaron los primeros indicios de que nos esperaba un año atípico, la llegada de una enfermedad que mantenía al mundo y a los poblanos en incertidumbre comenzó a provocar los estragos que hasta la fecha siguen pesándole a la sociedad, la cancelación de eventos lógicamente vino de la mano con el aumento de los casos, todo evento con un alto número de afluencia quedó cancelado.


Es decir, conciertos, partidos deportivos, teatro, cine, ferias y desfiles, inclusive se canceló el tradicional evento Cívico Militar del 5 de Mayo; no sólo eso, la infraestructura pública y privada se vio en la necesidad de parar, y es que no existía ninguna garantía para la realización de cualquier proyecto, la enfermedad del COVID se fue expandiendo hasta provocar un cierre total.


 


Durante este 2020, las clases se transformaron radicalmente, ya que las aulas para el segundo semestre del ciclo escolar 2019-2020 no tuvieron alumnos, lo que comenzó como el puente de Semana Santa se volvería el parteaguas para el final inesperado, y es que ante la falta de acciones y medidas, la una respuesta para la SEP fue aprobar a todos para no “perder el año”.


La expansión de la pandemia y la incertidumbre total llevó a la Federación a no permitir las clases presenciales para el ciclo 2020-2021, al menos en sus primeros seis meses, las labores virtuales durante el próximo año irán reflejando el rezago educativo por el “Aprende en Casa”, el cual podría alargarse hasta el siguiente ciclo escolar.


 


A lo largo de los meses de la pandemia, especialmente al comienzo, la crisis no pareció importarle a las funerarias, quienes duplicaron y hasta triplicaron sus tarifas por velar a los fallecidos, sobre todo si eran por COVID, que iban hasta en 55 mil pesos por el servicio; las compañías de oxígenos buscaron también ‘hacer su agosto’ cobrando la cantidad de 6 mil pesos por la venta de un tanque para poder respirar; finalmente la tarifa de hasta 500 mil pesos por noche por ser atendido en el Hospital Ángeles son de los excesos de servicios privados en la pandemia.


La canasta básica también sufrió incrementos voraces, el máximo fue de 32 por ciento, productos como frijol, huevo, arroz, tortillas subían en su precio en ocasiones hasta 30 pesos directos; provocado por el cierre nacional de las empresas cerveceras, este producto también se llegó a comercializar aumentando su precio original en Facebook pues solamente un six llegó a superar los 150 pesos, cuando en tienda el costo es en promedio de 70 pesos.


 


Un total de 27 decretos han sido emitidos por el gobierno de Puebla, como el programa Hoy No Circula, la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas abiertas, la suspensión del Ciclo Escolar 2019-2020, el uso obligatorio del cubrebocas, el cierre total de las actividades no esenciales, incluso la reactivación económica y otros más para contener la pandemia.


Polémicas y criticadas, pero al final efectivas todas las medidas a las que ha recurrido el Ejecutivo Estatal han dejado resultados positivos que permitieron la reactivación económica, que la gente recuperará un poco de lo perdido económicamente hablando y un desahogo a los meses de encierro, aunque ya tanto relajamiento sumió al estado nuevamente en una condición de crisis que ha traído consigo total incertidumbre.


 


Las acciones del gobierno contra el COVID han arraigado un gran costo para el estado no sólo de esfuerzo humano y social, sino económico, con un gasto total de 2 mil 700 millones de pesos totalmente de las arcas del Ejecutivo para la reconversión de hospitales, medicamentos, camas, equipo, limpieza y muchos otros conceptos en Salud y en todos los ámbitos que integran al órgano de poder en la entidad.


Entre inversión está la reconversión de 22 hospitales de todo el estado, siendo el más grande el de Cholula, en su momento Traumatología y Ortopedia sirvió a la lucha contra el COVID, fue suplido por el Hospital Norte, ya actualmente se cuenta en todas las unidades con una infraestructura de más de mil 400 camas, 480 de ellas con ventilador mecánico y una fuerza de mil 230 médicos que han enfrentado esta guerra, donde el enemigo llamado COVID no descansa ni parece dar tregua.


 


En junio el Gobierno del Estado mostró su carácter al desafiar al Gobierno Federal, quien ya había autorizado el regreso de armadoras automotrices y el sector de la construcción; Barbosa Huerta por su parte entendió que esto provocaría un aumento de movilidad y a su vez un incremento en la curva de contagios, por ello les negó el regreso el 1 de junio, pero no pudo retrasar más que 15 días esta reapertura.


Otro de los desajustes que hasta la fecha siguen presentes son las cifras diferenciadas entre los casos y muertos, pues mientras el Gobierno del Estado presentaba cifras reales, la Secretaría de Salud Federal presentaba menos, donde se culpó en más de una ocasión a los hospitales privados y al IMSS por esconder cifras de COVID.


 


El relajamiento en las medidas de prevención por parte de la sociedad, aunado a una complicidad de los órdenes municipales, sumergió a Puebla en un nuevo estado de crisis, lo que costó 9 meses de trabajo y esfuerzo se cayó en el momento menos querido del año, la temporada decembrina, la esperanza de un brindis y el deseo de un 2021 más positivo se ve actualmente nublada.


El repunte en los casos de coronavirus, los nuevos lineamientos que adoptó el Gobierno del Estado, el posible colapso total en enero no refleja un panorama cálido el próximo año, sino un ambiente sombrío, las medidas y las acciones que le corresponde a la autoridad están tomadas y establecidas, pero como en los recientes 9 meses, será el comportamiento social el que defina el rumbo de Puebla y la pandemia del COVID.