Como un navidazo, la Fiscalía General del Estado resolvió el helicopterazo que mató a la gobernadora Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle en pleno día de Navidad, justo dos años después del accidente aéreo en el que murieron otras tres personas, deteniendo a cuatro empleados que le dieron servicio a la aeronave días antes del accidente.

Los cuatro detenidos tienen cara de chivos expiatorios, pues se trata de cuatro empleados del taller Rotor Flight Services, empresa que le dio servicio al helicóptero en el que viajaron los Moreno Valle en la navidad de 2018, y ninguno de los delitos por los que es acusado amerita prision preventiva oficiosa, por lo que es casi imposible que permanezcan en la cárcel.

Dos años después del helicopterazo y en plena Navidad, la Fiscalía General de Puebla ejercitó de manera sorpresiva la acción penal derivada de la carpeta de investigación abierta por el accidente ocurrido el 24 de diciembre de 2018.

Los trabajadores detenidos fueron José Antonio N., María Magdalena N., Ricardo N. e Israel N., todos del taller Rotor Flight Services que se encargaba del mantenimiento al helicóptero Augusta que era el preferido de Rafael Moreno Valle Rosas ya que se sabe, según las bitácoras, que no era la primera vez que lo utilizaba.

Los chivos expiatorios, fueron aprehendidos bajo los delitos de homicidio culposo, falsedad de declaraciones y daño en propiedad ajena; las detenciones se ejecutaron en Puebla, Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo, por lo que los cuatro implicados ya fueron puestos a disposición ante el juez para dar inicio con el proceso correspondiente.  

El pasado 27 de marzo del presente año, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, informó en una rueda de prensa que el motivo de la caída del helicóptero de los Moreno Valle fue por problemas en los actuadores lineales de la aeronave, como lo había adelantado CAMBIO.

Según el reporte presentado por la SCT, la empresa Servicios Aéreos del Altiplano SA (SAASA) cometió negligencia al no sacar de circulación el helicóptero Agusta Westland 109S pese a que les fue notificado de una falla que presentaban los actuadores lineales que necesitaban ser cambiados.

Pese a saber que fallaba dicha pieza del helicóptero, la empresa Rotor Flight Services permitió que la aeronave navegara, aunque notificó que había dos tornillos flojos de los actuadores líneales, los cuales provocaban que el helicóptero se inclinara un poco a la izquierda sin que fuera voluntad del piloto.

El informe oficial de la federación, es que, debido a la falla en esta pieza, el piloto perdió completamente el control de la aeronave la cual cayó en picada pues la función de los rotores era, en cierto modo, dar estabilidad al helicóptero, señalando que hubo neglicencia en el servicio a cargo de Rotor Flight Services pues no realizó el cambio completo de la pieza y solo la "arregló" en su taller.