A 26 días de que el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, encabezado por Alfonso Ramírez Cuellar, firmara un acuerdo para destituir a todos los delegados con funciones de dirigentes nombrados por Yeidckol Polevnsky, no se ha designado a un dirigente estatal del partido en Puebla por lo que se mantiene en vilo la pelea entre Mario Bracamonte y Edgar Garmendia por la presidencia estatal.

La contingencia de COVID-19 también ha abonado a que Morena no pueda realizar los cambios pertinentes para dar inicio al proceso de renovación interna, pues ha dejado suspendidas reuniones del CEN para poder decidir qué hacer con las dirigencias estatales que contaban con delegados especiales designados por Yeidckol Polevnsky, como es el caso de Puebla.

Fue el pasado 28 de febrero, Alfonso Ramírez Cuéllar presentó un acuerdo para destituir a los delegados con funciones de presidentes y secretarios nombrados por Yeidckol Polevnsky tanto del CEN como de los Comités Directivos Estatales, con esto se finiquitó la salida de Mario Bracamonte de la dirigencia de Morena.

En el documento donde anuncia la remoción de lo cargos, el CEN prohíbe a los Comités Directivos Estatales realizar un proceso para nombrar a un sucesor por lo que dejó sin dirigente estatal al partido ya que hasta la fecha no ha nombrado a algún delegado; ante la incertidumbre Edgar Garmendia fue nombrado el dirigente estatal por los lujanistas, encabezados por Alejandro Carvajal, ya que era el secretario general, mientras que Mario Bracamonte sigue realizando las funciones que le corresponden al presidente del CDE.