Gustavo Ariza Salvatori y Omar Pérez Torres, titulares de Protección Civil en Puebla y San Andrés Cholula, respectivamente, fueron funcionarios que toleraron la operación clandestina de bares, antros, cantinas y table dance que CAMBIO evidenció, pidiendo ‘moches’ que partían de los 10 mil pesos dependiendo del establecimiento.
?¡Así la vida nocturna en #Puebla!#CAMBIO recorrió al menos 17 antros, tables y cantinas en Solesta, La Juarez y Angelópolis para constatar la vida nocturna clandestina que opera bajo los ojos de Protección Civil estatal y municipal, pese a los decretos del gobierno estatal#RT pic.twitter.com/fH0P0RsBFs
— Diario Cambio (@Diario_Cambio) October 12, 2021
Empresarios de la vida nocturna revelaron a esta casa editorial que los sobornos que piden los titulares de esta dependencia del gobierno varían según el tamaño del negocio, pero el promedio es de 60 mil y una vez que se entrega el dinero les permiten operar con normalidad.
Ex funcionarios que solicitaron el anonimato por temor a represalias confiaron el esquema de ‘moches’ que utilizaban para dejar que estos lugares burlaran los decretos, donde destacan que los operativos se realizan con una víctima clara, con lo cual se llega prácticamente a la extorsión.
Las fuentes entrevistadas aseguraron que dependiendo del aforo y la popularidad del lugar podía variar el soborno, pues para un local pequeño de aproximadamente 50 clientes la cuota iniciaba desde los 10 mil pesos, pero para uno más grande el mínimo que se solicitaba era de 60 mil.
En este sentido, había una primera revisión para identificar a las víctimas, pues habitualmente eran los que no contaban con algún permiso o tenían algunas fallas en el protocolo de salud; en una segunda visita se solicitaba un ‘moche’ para dejarlos operar.
Los que no aceptaban dar dinero a cambio de su permiso para trabajar terminaban siendo clausurados y eran a los que se exponía en las redes sociales oficiales de la dependencia, mientras que a los que daban el soborno se les permitía continuar operando, siempre y cuando cumplieran con su cuota semanal.
En la edición de este martes, CAMBIO documentó mediante un recorrido en los principales corredores de la vida nocturna que se encontraron 17 establecimientos que continuaban operando en colusión con las autoridades municipales que les permitieron saltar el decreto del Gobierno del Estado.
El modus operandi más recurrente de estos lugares es que funcionaban como restaurantes, pero al momento de tener que cerrar, bajaban las cortinas y apagaban las luces de afuera, sin embargo, en la parte de adentro continuaba la fiesta, incluso algunos negocios metían por las puertas traseras a sus clientes.
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José Alberto Pérez
@Josealberto_5