A pesar de que El Chapo adquirió respeto imponiendo su ley con amenazas, balas y entregando sobornos, gozó del apreció de sus paisanos, pero la mayoría de la población veía estos actos de bondad como una estrategia para cubrir sus crímenes, cometidos e incluso contra civiles inocentes.
De acuerdo con Un1ón Jalisco, la estrategia del jefe del Cártel de Sinaloa es replicada por sus herederos, 'Los Chapitos', quienes protegidos por la impunidad organizan fiestas, equipan escuelas y reparten despensas.
En plena pandemia, los hijos de El Chapo realizaron una posada donde abundó el alcohol, comida, regalos como teléfonos celulares y dinero en efectivo; la lujosa reunión fue ampliamente difundida en redes y hasta las autoridades tuvieron que acudir al festejo.
Al llegar al sitio de la narcofiesta, se invitó a los asistentes a retirarse, militares disolvieron la reunión y aseguraron vehículos recién salidos de la agencia, pero no hubo detenidos.
Expertos en seguridad consideran que los grupos del narco usan la estrategia para darles características de benefactores a los delincuentes y se aprovechan de los vacíos del poder de los gobiernos.
En noviembre, ‘Los Chapitos’ entregaron pantallas, computadoras y acceso a internet a un aula improvisada en la colonia Ampliación Bicentenario de Culiacán, Sinaloa, para que alumnos de escasos recursos no se queden sin estudiar durante la pandemia.
Con información de Un1ón Jalisco
Samira Gazca
@Diario_Cambio