¿El motivo?

 

El dinero y la falta de palabra para cumplir compromisos.

 

Del primer tema, habrá detalles en La Entrega próxima.

 

Del segundo, se refiere a la transición de la salida de Javier Casique de la dirigencia estatal del PRI para la llegada de su aparente “protegido”, Néstor Camarillo.

 

La alianza del PRI con el PAN y el PRD se ha convertido en el perfecto pretexto para que el novato líder del tricolor, incumpla con su palabra en la designación de candidatos a participar en los comicios del 6 de junio.

 

En consecuencia el grupo dominante anterior, integrado por Javier Casique y Enrique Doger Guerrero, está molesto y con sed de venganza contra Néstor Camarillo, a quien ya consideran un traidor.

 

Para le elección de este 2021, Casique supuestamente habría amarrado una serie de acuerdos con su sucesor, con la finalidad de lograr una transición tranquila y ordenada donde todas las partes resultaran beneficiadas.

 

Javier Casique nombrado candidato a diputado federal de la primera posición plurinominal.

 

Su compadre, amigo y socio, Enrique Doger Guerrero, contendiente de la primera posición plurinominal a legislador local.

 

Sin embargo, se dice que ningún punto está amarrado y ni siquiera existen alternativas de solución. En otras palabras, se busca desterrar cualquier presencia dentro del PRI del binomio Doger-Casique.

 

El inexperto Néstor Camarillo se ha apoyado en el acuerdo de la alianza con el PAN y el PRD para justificar que no es posible cumplir lo prometido.

 

Refiere que el PRI “no tiene mano” en las candidaturas y señala a la dirigencia nacional como responsable de los acuerdos.

 

Obvio que está decisión tiene por más molesto a quienes ya se sentían próximos legisladores. Por supuesto habrá reacción, donde la postura también será señalar a Néstor Camarillo como un político novicio sin capacidad de impulsar la marca PRI en territorio poblano.

 

Javier Casique hará valer su cercanía con el líder nacional del tricolor, Alejandro Moreno “Alito”, a efecto de abordar lo ocurrido y esa manera, conseguir una posición electoral en junio próximo.

 

El PRI está lejos de reestructurarse para recomponer el camino y conseguir en el corto plazo, figurar como la principal fuerza política en suelo poblano, tal como había sido previo a los comicios del 2010.

 

Las traiciones y falta de acuerdos cada vez meten al fango al priismo, donde los grupos juegan a favor de la oposición cuando son desplazados de posiciones en cualquier proceso comicial.

 

No debe extrañar que en las próximas semanas haya anuncios de la renuncia de “vacas sagradas” acusando imposiciones.

 

Pobre PRI.

 

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