Hoy para algunos, la pandemia nos ha convertido en personas más sensibles, más humanas, más conscientes del valor de lo realmente importante, alejándonos de intereses banales y, por qué no decirlo, de prioridades que nunca debieron ser parte de nuestras vidas.

Cada día, más poblanas y poblanos hemos sentido el dolor de perder a un ser querido, un amigo, un conocido, un compañero de trabajo, dejándonos vulnerables ante esta situación, inquietos por no saber qué pueda suceder en los próximos meses, e incluso con momentos de desesperación por las cifras de infectados y fallecidos que pese a los esfuerzos de los distintos órdenes de gobierno no ceden.

Pero cabe reflexionar sobre la manera en la que hemos asumido esta pandemia, porque para muchos que obedecen a otros intereses nuestras autoridades son los únicos responsables, pero acaso está en sus manos el evitar que miles de ciudadanos salgan de sus casas sin las medidas de salud implementadas, o las fiestas clandestinas que desafían el virus aun en contra de sus vidas, o el arrebato de acudir a los centros comerciales por artículos que evidentemente no son indispensables, porque podría seguir describiendo estos sucesos que nos dejan ver que sin duda nosotros hemos fallado.

El pasado primero de noviembre dio inicio el Proceso Electoral 2020-2021, en donde en Puebla, habrán de renovarse el Congreso del Estado y los 217 Ayuntamientos y por primera vez entrará en juego de la reelección, al amparo de la reforma constitucional a nivel federal del 2014 y a nivel estatal en 2015.

Mucha discusión ha generado esta figura, porque retumba en el ambiente la sombra de Madero expresando sufragio efectivo, no reelección, pero debemos entender que 111 años después la intención de la continuidad de los buenos proyectos es su objetivo principal, y que los resultados electorales del 2018 le dieron otro sentido, porque acaso al aprobarse no fue realizada bajo un maquinación obscura que buscaba a los poder en turno perpetuarse en los cargos, por eso la visión de muchos que buscan regresar cambió, descalificando los trabajos que finalmente toca a la ciudadanía y a los propios partidos valorar mediante los procesos internos, siendo quizá el mayor reto la ponderación de sus acciones y los resultados, porque no podemos olvidar que serán los ciudadanos mediante su derecho al voto quienes decidirán el día de la elección.

Y en este tema existe una tarea pendiente que es generar la legislación secundaria que la regule, tarea omisa por las dos últimas legislaturas, y que en ejercicio de sus funciones fue asumida por el Consejo Local del Instituto Nacional Electoral y el Consejo General del Instituto Electoral del Estado, mediante los lineamientos respectivos que serán aplicables para este proceso, en espera que las legislaturas asuman el compromiso en breve de reglamentar este vacío.

El rompecabezas poco a poco se va armando, hoy en una coalición inédita acción nacional y el revolucionario institucional han decidido sumar fuerzas, queriendo recuperar terreno con la única misión de juntos y de la mano descarrilar el proyecto de la cuarta transformación, aun en contra de sus principios, plataformas y militantes de base, abrazándose como hermanos con quienes históricamente representaron su gran rival electoral, sumando a sus filas al partido de la revolución democrática que francamente va de salida.

Por parte morena y el partido del trabajo están prácticamente cerrando su alianza electoral, la que después de varias mesas de trabajo ya ha generado consensos lo que llevará a que caminen juntos en los distritos locales y en los principales ayuntamientos del estado, estando en suspenso la suma del partido verde y de nueva alianza, aunque se espera que en las próximas horas se generen acuerdos.

El pasado viernes los principales actores de morena se reunieron para determinar cuáles serán las bases para privilegiar no solo la participación de la militancia y simpatizantes, sino garantizar que los mejores perfiles representen a esta fuerza política, podrán decirse muchas cosas de lo ahí sucedido, pero tengo la certeza que el mensaje fue muy claro, las encuestas determinaran a los candidatos, y el llamado por parte de la dirigencia, fue la unidad y el evitar que se pretenda litigar y descalificar en los medios el proceso obedeciendo a intereses personales.

5 meses y contando para la jornada electoral, en lo que será un proceso distinto condicionado por la pandemia, donde los actores deben privilegiar la salud de los ciudadanos, y entender que hoy las poblanas y poblanos reclaman resultados, y que las descalificaciones y simulaciones lejos de sumar, restaran en las pretensiones de quienes mediante estos medios pretenden conquistar lo que no han sido capaces de lograr con su trabajo.

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